En aquellos célebres noventas Matías Mendez El Chavez era nafta del cocktail molotov gourmet llamado Árbol. Hasta que lo talaron. Entonces formó Nuca y se la pasó agitando el oeste desde entonces mientras hacía escuela produciendo a bandas como Doña María. Hoy lo encontramos comandando su propio soundsystem de dub, carnavalito y cumbia bonaerense.
Desde Morón City Groove (coproducido junto a Pablo Romero y Guillermo Beresñak) Chavez declara sus principios en hip hop hardcore y hace Buenos Aires/México ida y vuelta con ese humor que se aprende con suerte en el segundo o tercer cordón de la ciudad. Monterrey da igual que Morón y arranca con un powerdub de murga-dance llevado al trote funk de una pandilla de guitarras arengadas por el riff sintético de un teclado/viola con una premisa clara: hacer bailar a la música para que bailemos todos.
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