El público está mudo: absorto. Como mucho, alguna carcajada. El niño del coche teledirigido lleva más de diez minutos paralizado. Brncic convierte la puerta corredera en su pareja de baile. Una hipotética pareja formada por Pina Bausch y Charles Chaplin. Es una danza de poética humorística inenarrable. Y lo mejor está por llegar. Dos niñas sentadas en un lateral se levantan y Brncic les quita las sillas para empezar a arrastrarlas por el suelo sin dejar de danzar. Es el arte de arrastrar dos sillas. Es un sublime escalofrío. Ese sonido deviene una fuente sonora más que se suma a las improvisaciones de Nuria y Pignon.
La actuación acaba con una sonrisa pletórica y exhausta de Constanza y una larguísima ovación. Aún habrá quien crea que la música contemporánea y la improvisada son cementerios de corcheas, pero el MontMusic parece haber nacido para dinamitar esa teoría.
Los zombis están al caer, pero cuesta creer que estemos tan cerca del fin del mundo. Can Fabra se ha convertido en un refugio de músicas libres y oídos abiertos al pie del Montseny."
Paul Pignon_saxos
Núria Andorrà_percusiónConstanza Brncic_danza
Masia de Can Balmes, MontMusic Festival, Santa Maria de Palautordera, 28.10.17