Revista Opinión

Montó una ‘startup’ y se despidió de sus jefes con una ‘tarta de dimisión’

Publicado el 05 junio 2013 por Martincalatrava

Qué poquito hace falta para liarla en internet, y qué talento desbordan algunos. Ya saben que en esto de abandonar un trabajo hay quien opta por una breve carta de dimisión o bien quien se anima a cantarla de viva voz en YouTube. Todo vale, y si es para labrarse un futuro mejor, el formato de la comunicación es lo de menos. ¿O tal vez no? En el condado británico de Cambridgeshire hay quien piensa que al cerrarse una puerta se abre otra, y las ocasiones están para aprovecharlas.

Nuestro peculiar protagonista, Chris Holmes, es un agente de fronteras que desempeñaba su labor en el aeropuerto de Stansted. Un trabajo que le aportaba seguridad y que le sirvió para formar una familia y disfrutar de sus hobbies, pero que le robaba demasiado tiempo. Fue precisamente esta familia y la reciente paternidad los que hicieron que se planteara el futuro de otra manera. Bueno, eso y su secreto as en la manga: un floreciente negocio online de repostería. La decisión estaba tomada. Se acabaron los controles de pasaportes en ventanilla, los madrugones, los atascos y perder de vista a los suyos de sol a sol. Holmes quería disfrutar de su casa victoriana y su tiempo libre, pero sobre todo deseaba ver crecer a su hijo. Como apuntábamos, desde 2010 nuestro protagonista de la jornada mantenía un pequeño negocio online de venta de tartas personalizadas que bautizó como Mr Cake. Y lo que empezó como afición fue, con el tiempo, consolidándose como una idea genial que iba acumulando pedidos. De agente de fronteras a emprendedor de éxito casi sin asumir riesgos. La cocina de su casa se convirtió en poco tiempo en una máquina de hacer dinero. El ‘señor tarta’ se hizo mayor.

Un fenómeno viral

Pero tocaba dar el paso y carpetazo a la seguridad del fin de mes, a las vacaciones pagadas y a un horario que, aunque extenso, tenía inicio y final. Uno no deja un trabajo así todos los días, así que lo aprovechó para dar un empujoncito a su nueva aventura, asunto que como veremos, se le fue de las manos. El británico cumplía el pasado martes 31 años y preparó una tarta de despedida muy especial para sus compañeros de trabajo y jefes. Holmes redactó una sentida carta de dimisión en la misma tarta en la que explicaba los motivos personales de su decisión, deseaba lo mejor a sus compañeros y en el último párrafo se encontraba la sabia maniobra de este artista: animaba a todos a visitar la web de su nuevo negocio. Buscó colaboradores para su maniobra de comunicación. Su cuñado contaba con una cuenta en Twitter con apenas 900 followers ¿sería suficiente para prender la mecha? Colgaron en ella la foto de la tarta y con el mensaje: “Mi cuñado ha dejado su trabajo de una forma espectacular: Jerry Maguire se ha hecho repostero“. En apenas unos minutos la rapidísima estructura exponencial de las redes sociales hizo el resto. El británico se hizo famoso y su negocio recibió clics de todos los puntos del globo. Una dulce despedida para un comienzo brillante. Genio y figura.

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