Parece ser que existe la intención de que se celebre una novillada en clase práctica en el municipio de Benamocarra (Málaga), para el próximo día 28 de febrero, día de Andalucía. En este sentido, y según una información publicada en el diario Málaga Hoy (27.01.2011), la oposición en dicho ayuntamiento no está de acuerdo con la adquisición de una plaza portátil realizada por el alcalde de la localidad, Abdeslam Lucena, actualmente del Partido Andalucista, que se presentará como candidato a la alcaldía por el Partido Popular como independiente en las próximas elecciones municipales.
En declaraciones a ese medio, entre otras cosas, el candidato socialista a la Alcaldía de Benamocarra, José Antonio Díaz, dijo que entiende "malgasto de recursos públicos en la adquisición de una infraestructura de segunda mano, y que ya ha sido sobre explotada por sus antiguos propietarios, a la que finalmente darán una capa de pintura para que parezca lo que no es, y que inaugurará a bombo y platillo en los próximos meses". "Benamocarra no se merece la compra de un montón de chatarra como plaza de toros que además supone un serio prejuicio para los agricultores locales”.
La cosa parece que está calentita en Benamocarra, y no sabemos que grado de certeza hay en dichas declaraciones o si se trata de un contubernio preelectoral. Con independencia de todo ello, y si finalmente se dá en ella la referida clase práctica, es de suponer que dicha plaza portátil estará en óptimas condiciones de seguridad, tanto para los actuantes como para el público asistente a la misma, y que realmente no se trate de “un montón de chatarra” como afirma en sus declaraciones el candidato socialista.
Dado que las novilladas en clase práctica sólo pueden ser organizadas por escuelas taurinas debidamente autorizadas por la Administración de la Junta de Andalucía, suponemos que de hacerse de esta forma en Benamocarra, serán la Escuela Taurina de Málaga y la Diputación provincial los organizadores. Por ello, deberían cerciorarse antes de realizar cualquier festejo, que dicha plaza reúne las condiciones necesarias y las adecuadas medidas de seguridad, que obligadamente deben ser comprobadas por los peritos correspondientes. Además, es necesaria la previa autorización específica de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, para su celebración en otro recinto que no sea las instalaciones de la escuela taurina. Por tanto, dicha Delegación también tiene su responsabilidad en la celebración del festejo.
Por otra parte, debe advertirse para evitar equívocos, que de realizarse una clase práctica y de acuerdo a lo establecido en el apartado g del Artículo 16 del Decreto 112/2001 de 8 de junio por el que se aprueba el Reglamento de Escuelas Taurinas de Andalucía, “el desarrollo de las clases prácticas podrá ser presenciado por público aun cuando estará prohibido cobrar cantidad alguna por la entrada.”
Así que los organizadores, responsables últimos de la celebración del festejo, deben velar por el buen desarrollo del mismo y como ente público observar el cumplimiento de la normativa vigente que obliga a todos, sin excepción. De no ser así, luego que no vengan con la excusa del desconocimiento, con la actitud del avestruz, escondiendo la cabeza para no ver lo que hay a su alrededor.
Aquí de lo que se trata es de que los alumnos de la Escuela Taurina de Málaga puedan ejercitarse con reses en clases prácticas. Las obras que se están realizando en la Malagueta no les permiten hacerlo en ella (al menos esa es la excusa de la empresa que se cuenta por las esquinas), por lo que es necesario y bueno que lo hagan en otros cosos, porque también es muy positivo de cara a la promoción de la fiesta en otras localidades de la provincia. En eso los responsables de la Escuela Taurina siempre se han esforzado y es del todo encomiable, y hay que agradecerlo y reconocérselo. Pero debe hacerse con el rigor con el que se han hecho las clases prácticas que se han celebrado en la Malagueta, ni más ni menos, y en ello entra, por supuesto, el cumplimiento de la normativa vigente a la que todos los ciudadanos estamos obligados, y en eso los entes y organismos públicos de este país deben ser ejemplares, aunque, lamentablemente, nos estén demostrando día a día lo contrario.