Monumentos: crónica de una muerte anunciada

Publicado el 21 febrero 2015 por Eosunao
 Consuela que tirar de hemeroteca no sea siempre triste: el catastrofismo de esta crónica publicada en 1984, no ha llegado a sus peores previsiones como se decía en ella. Vamos eso creo.
Monumentos cordobeses
Crónica de una muerte anunciada


Eladio Osuna
Lo que pierde a Córdoba es la sobreabundancia en monumentos históricos artísticos. Lo que es legado inapreciable de la historia, se convierte en carga cuando los presupuestos no llegan para conservar, detener el deterioro y mucho menos restaurar. Sería preciso multiplicar por diez las cantidades anuales, o lograr ese uno por ciento de todos los presupuestos anuales para este fin, como tantas veces se ha pedido.


La Mezquita Catedral, segundo monumento andaluz en trance de ser declarado Monumento de Interés Internacional (UNESCO) contempla, tras la disputa de criterios entre Dirección General de Arquitectura y Dirección General de Restauraciones, como más de 100 millones de pesetas remozan su fachada —en lamentable estado— y reparan su techumbre — increíbles goteras por la zona de Almanzor—. El monumento presenta otras muchas necesidades, por ejemplo su iluminación histórica —de la que existen en sus almacenes cientos de vasijas de la época— que sustituya la actual de tipo efectista. Todo ello siguiendo las recomendaciones del ICOMOS (1973).
Del Convenio realizado entre Bellas Artes y Diputación, con un total de 300 millones para medio centenar de monumentos provinciales, destacan en la capital los 20 millones para el Jardín de la Mezquita, 8 millones para la Iglesia de San Agustín, 4 millones para el Castillo de la Judería.

 
Inicialmente con la ayuda del ministerio de Administración Territorial y el plan de actos culturales del V Centenario del Descubrimiento de América, el viejo, Hospital de San Jacinto, camina  hacia su configuración como « Palacio de Congresos y Museo " de Arte Contemporáneo con inversiones que superaron los cincuenta millones de pesetas.


Los Baños Califales, "escándalo de Córdoba" como alguien los calificó en alguna ocasión, van ocupando lentamente un lugar lejano del estercolero que durante ¡lustros! ha sido en el Jardín de los Mártires.


La Corredera, también ha visto después de muchos años de cordobés olvido, un plan especial de Reforma Interior que contempla la rehabilitación de la plaza y el tratamiento de las viviendas y edificios que conforman el conjunto monumental —nacional—, social y urbano.


En el amplio capítulo de iglesias monumentales, destaca una "cenicienta" como la Iglesia de la Magdalena que ha soportado estoicamente junto con goteras y decrepitudes diversas la más obsoleta incompetencia burocrática que desde 1971 ha alargado hasta nuestros días su salvación. La Fuensanta por su parte, que en estos días cobra actualidad,  ha sido tras su reciente restauración toda una dignificación monumental en la casi única tradición popular que perdura en Córdoba. La Merced, Santiago, Santa Marina, han recibido, están recibiendo, el hálito de su conservación-restauración. Sin embargo el Patrimonio eclesiástico es amplísimo y necesitadísimo y sólo cuenta con la aportación estatal que debe lógicamente compartir sus fondos con la atención a otros monumentos civiles.


También le ha llegado su hora al Templo Romano de la calle Claudio Marcelo, junto al antiguo-nuevo Ayuntamiento, del que existen multitud de piezas originales y cuya reconstrucción se inició también hace varios lustros. Este medio templo ha permanecido en paro forzoso otros tantos lustros, y ahora recobra vida con la liberación de su solar que va a permitir a Bellas Artes culminar su excavación previa a una reconstrucción final sobre la que todavía no se han pronunciado los organismos responsables.


En esta apretada síntesis de la reconstrucción monumental dentro del casco de la ciudad —no olvidemos por ejemplo Medina Azahara o San Jerónimo— cabría señalar otras obras mayores y menores dependientes de diversos organismos que se están llevando a cabo o se han culminado recientemente: el Gran Teatro, los muros del Alcázar, la Sinagoga de la Judería, la Torre Malmuerta, el Museo Arqueológico, la antigua Iglesia de Santo Domingo —que llegó a caer—, el Palacio de Viana, etc., sin olvidar las actuales excavaciones para la construcción del aparcamiento subterráneo en Gran Capitán que de seguro producirá alguna sorpresa o cuanto menos abundante material.


 Publicado en El Pregonero el 7 de septiembre de 1984

Foto publicada en Flickr en mi colección de Córdoba Antigua  https://www.flickr.com/photos/eosunao/sets/72157601235278499/