Creador: Scott Gairdner
Comienzan los días con más tiempo libre, así que quizás, cuando tenga la capacidad psicomotora para hacerlo, empiece a subir dos comentarios por día, miren ustedes. De todas formas esa es la gran intención de fondo: ver todo lo que se pueda, comentarlo, y armar un gran archivo en el cual surfear por joyas conocidas y desconocidas, todo vale. Un archivo, por lo demás, no sólo compuesto por mis pobres comentarios, por algo también están las "estaciones varias" en el sector derecho de esta humilde pero ambiciosa web. Hoy dedicaremos las dos entradas a dos series que han finalizado recientemente, y comenzaremos con un cosa ligera pero no por eso menos hilarante y delirante y, a la postre, genial. No genial al estilo puta obra maestra (etiqueta que le cae a la perfección a la serie que se viene en un par de horas) pero sí genial de "oh madre mía pero qué totalmente divertido ha sido esto". No sé si habré sido convincente, pero vamos, diez episodios de veinte minutos y diversión a raudales es lo que ofrece, dicho en palabras simples, "Moonbeam City", una serie que ha pasado sin pena ni gloria, y que sin duda merece mucho más atención, digo, ¿no les parece hermosa y deslumbrante? Viejo, yo he quedado loco...
Dazzle Novak es el detective estrella del departamento de policía de Moonbeam City (de ahora en adelante MBPD, si es que llegamos a referimos a ella de nuevo), sin embargo es un incompetente que, como dice la sinopsis, causa más crímenes de los que previene. Es acompañado por su jefa Pizzaz, su compañera Chrysalis y un envidioso novato llamado Rad, quienes tienen desquiciantes desventuras en esta alucinógena y viciosa metrópolis.
Bien, bien, bien, no nos pondremos serios para comentar esta serie, pero tampoco quiero dejar las cosas al azar. ¿Ven mi predicamento? En fin...
"Moonbeam City" parte, a todas luces, de una intención y sentido paródico de series policiales ochenteras ambientadas en hermosas ciudades y con sellos y/o códigos narrativos y estéticos que van definiendo la acción, los personajes. "Miami Vice" es uno de los referentes, también un animé llamado "City Hunter" (que tiene muy buena pinta pero que es en extremo difícil de encontrar íntegro). Desde luego, los elementos a parodiar no se hacen esperar: un protagonista hermoso, bien vestido y glamoroso, seductor a tiempo completo y dueño de una personalidad avasalladora; una jefa mandona, intensa (tanto que cada vez que regaña su rostro se ensombrece y la música adquiere un cariz tenebroso) y con un severo sentido de la justicia y el deber; una compañera responsable, "ñoña", y que es todo lo contrario al desordenado protagonista; y una ciudad dominada por las drogas, la corrupción y mucha, mucha depravación. Lo importante es que "Moonbeam City" no se queda en la parodia que descansa en parodiar lo más superficial del resto de obras en que se inspira, típico de esas cosas tontas que sólo son una concatenación de bromas sin gracia ni ingenio (más bien una simple referencia pop para los adolescentes sabiondos), pues en base a esa parodia crea un rutilante universo propio desbordante de imaginación y detalles que a simple vista se nos pasarán por alto pero que por debajo cumplen su función de otorgar identidad a esta creación. Y, debo decirlo, me encanta "Moonbeam City": me encanta su deslumbrante ambientación en la que todo es hermoso (hombres hermosos, mujeres hermosas, edificios hermosos, animales hermosos, calles hermosas...), su electrizante banda sonora, su absurdo e imparable sentido del humor (los rave para infantes, las estadísticas de Dazzle, el episodio del delfín, la convención de policías, el cartel de droga policial, los "trascendentes" monólogos de Dazzle, uf...), su desenfado y desfachatez, y la manera en que retuerce lo que parodia (no sólo la imagen, también la "moral" detrás, la intención) pero con encanto propio (tenía que decirlo de nuevo, perdón). Eso sí, "Moonbeam City" es, me imagino que ya lo veían venir, de esas series con capítulos autoconcluyentes. Si bien hay detalles argumentales que tienen continuidad (como las dinámicas que se desarrollan entre los personajes, la manera en que van ganando dimensiones), tampoco es que la temporada tenga un gran hilo conductor más que las alocadas desventuras que Dazzle y compañía tienen en su hipnótica ciudad (y aún así se las arreglan para darnos un noveno episodio bastante bonito y humano, sorprendentemente humano). Y funciona, resiste, engancha: cada episodio es una dosis que nos deja con deseos de más. Así que supongo que habrá que esperar hasta el próximo año para ver una nueva temporada, ojalá de más episodios. Si se quedan cortos y quieren más diversión, también les recomiendo "Archer", que ya va por su séptima temporada si no me equivoco. Vayan a por esa sobredosis de "Moonbeam City".