Extremadura es una de las regiones españolas de población menos rica y más extensas, casi el doble de la Comunidad Valenciana, y cuyo presidente conservador, José Antonio Monago, le promete a sus 1,1 millones de habitantes algunos servicios sociales que no se ofrecen en otras zonas que aportan mucho más a las arcas del Estado.
Monago acaba de anunciar que en enero le dará becas a qujienes no las merezcan según el gobierno de Rajoy, una paga extra a quienes tengan las pensiones más bajas, las no contributivas, y que su sanidad pública proporcionará los tratamientos de reproducción asistida a todas las mujeres que lo soliciten, incluidas lesbianas o solteras.
Una promesa que ha satisfecho a los tres diputados de IU, gracias a cuya abstención gobierna, pero que va contra la política general de su partido, el PP.
A quien le agrada especialmente es a los secesionistas catalanes porque pueden insistir en que “Espanya ens explota”, o que, como dice un cartel de CiU preparado para la Diada del día 11, “L’Espanya subsidiada viu a costa de la Catalunya productiva”.
Demagogia catalanista, porque hay ciudadanos de otras regiones que aportan más al Estado que los contribuyentes catalanes para subvencionar a los habitantes de zonas más pobres.
Además, no son los territorios los que tributan, sino las personas y empresas de acuerdo con su riqueza, y en Cataluña hay mucha.
Pero es una demagogia eficaz, porque donde hay menor nivel de vida y menores aportaciones, se presume de mejores servicios sociales, y el caso de Extremadura es un ejemplo.
Los contribuyentes de esa Comunidad le entregaron al Estado en 2011, últimos datos de Hacienda, 825 millones de euros y recibieron 2.601, el 315,3 por ciento de lo recaudado, mientras que desde Cataluña se aportaban 27.149 millones y se recogían 15.777, el 58,1 por ciento.
De esta manera el subsidiado Monago hace su demagogia y los separatistas catalanes, la suya.
En Madrid sería una broma que aparecieran separatistas alegando que aportaron 66.090 millones de euros y recibieron 11.475, que es solamente el 17,3 por ciento de lo entregado, pero esa es la realidad.
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