Belinda Bauer creció en Inglaterra y Sudáfrica, y actualmente vive en Gales. Ha trabajado como periodista y guionista. Su guion de The Locker Room ganó el Premio Carl Foreman/Bafta a la mejor guionista joven. Ganó el prestigioso Premio Gold Dagger de la Crime Writers' Association con su primera novela, posicionándose como una de las autoras revelación del género en el Reino Unido.
El cuerpo que Patrick Fort está examinando en clase de anatomía intenta decirle que ha sido víctima de un asesinato. La vida ya es suficientemente extraña para el obsesivo Patrick, que padece el síndrome de Asperger, incluso antes de tratar de resolver un posible homicidio. Sin embargo, se verá obligado a unir las sutiles piezas de un rompecabezas a través de pistas silenciosas que gritan por existir, en una sofisticada investigación que le hará sentirse vivo mientras tiene la muerte muy cerca.Galardonada con el Premio Theakstons Old Peculier de Novela Negra 2014 por ser, según los miembros del jurado, «una obra totalmente absorbente y brillantemente escrita», Morir no es tan fácil es también una novela original y única, que inaugura una nueva manera de entender el thriller psicológico, y que llevará al lector hacia nuevos territorios: el de la perplejidad, la sonrisa extraña, el humor negro, el asombro y el miedo, con un final tan brillante como sorprendente.
Morir no es tan fácil es una novela narrada en tercera persona aunque durante el libro el narrador va centrando su enfoque en alguno de los personajes. El personaje que más aparece en la historia es Partick Fort, por eso entendemos que es el protagonista.
A lo largo de la novela nos vamos a encontrar diferentes personajes, pero sin duda el más llamativo es Patrick Fort, un adolescente con síndrome de Asperger. Además de él, tenemos a Sam Galen, un personaje peculiar ya que aparece más en forma etérea que en su forma física. Como personajes secundarios tenemos a Meg, Alexi y a la madre de Patrick, Sara. Los personajes me han parecido bien construidos, sobre todo Patrick, ya que creo que hay una gran labor de documentación de fondo. A través de él podemos, en cierto modo, ponernos en la piel de una persona con el síndrome de Asperger.
Gracias a la extensión de los capítulos de esta novela (cortos) nos encontramos con un ritmo bastante ágil y por ello la novela dura poco en nuestras manos. En cuanto al estilo de la autora, ha sido mi primera vez (polvo) acercamiento y no he quedado descontenta. No descarto leer alguna otra novela de ella.
Lo primero que tengo que decir es que, de primeras, no esperaba que me gustara tanto el libro. Me llamaba mucho porque Chema y Marga me habían comido la cabeza y al final decidí leerlo con ellos. Y no me arrepiento, para nada.
Lo que más me ha gustado es la sensación que se me quedaba cuando leía las partes que se centraban en Patrick. Además, me ha gustado esta especie de mezcla entre novela juvenil y novela negra. La investigación y los descubrimientos que va haciendo Patrick sobre Sam Galen son espectaculares.
Por decir algo malo, diré que la parte de Tracy, una enfermera que aparece en las partes centradas en Sam Galen, y en el hospital en general, no me ha convencido en absoluto. Es un personaje que no aporta, a mi parecer, absolutamente nada a la historia, y que lo mismo hubiera dado que estuviera o no. Sí que es verdad que le da un toque de sorpresa, y un giro, por llamarlo de alguna manera, que nadie se espera en absoluto, pero de todas maneras, no me parece que tenga razón de ser en la historia.
En ciertos momentos (pensamientos y respuestas de Patrick) he evocado en mi mente a Marcelo, el protagonista de un libro llamado Marcelo en el mundo real. La verdad es que este personaje tiene autismo, no Asperger, pero aún así, había veces en las que me lo imaginaba a él (y eso que llevo muchos años sin leerlo).
A la gente a la que le guste la temática y además, le gusten también los libros con protagonistas que tienen enfermedades del tipo autismo o Asperger, le recomiendo que la lea, porque se ve muy bien y la autora ha plasmado a la perfección este tipo de enfermedad, y como lo vive esa persona. Además de este, recomiendo también el que os he dicho, Marcelo en el mundo real, de Francisco X. Stork.