Siempre sostuve que, al menos en mi caso, el éxito de recepción de un film es casi directamente proporcional con el humor o predisposición necesario para su visionado. Y ahora reafirmo la creencia que-al menos los cinéfilos- debemos tener una especie de reloj interno que nos dice cuándo ver específicamente ciertos films. Sino no me explico cómo dejamos pasar a veces títulos que medio mundo nos recomienda y que posteriormente conseguimos, como mi caso grabado en el DVR, y pasamos otro buen rato hasta que la vemos finalmente.
Del argumento de La Vida de los otros la verdad no sabía nada, simplemente que era una película recomendada por medio mundo, que había ganado el Oscar a la mejor película extranjera en su momento, que había arrasado en festivales y que era alemana, lo que para mí es - como el cine francés- ya una muy buena referencia.
Donnersmarck habiendo pasado por la realización de cortos de pronto salta con un largometraje estupendo, conmovedor, ambientado en una Alemania dividida; escribe un guión sobre un momento particular de la historia Alemana pero que de a poco se abre hasta lo más universal del mundo y todo con una historia relativamente sencilla, nada pretenciosa, bien contada, claramente expuesta.
Wiesler es un agente de la Stasi, el gran hermano del gobierno de la Alemania s
Ahora puede haber algún spoiler si no la viste!
Y la literatura como gran gracias es el mejor final de agradecimiento. Uno ve la escena de Dreyman en taxi siguiendo al ahora Wiesler cartero de la ciudad, lo ve apearse del coche y arrepentirse y entonces uno se desespera. Queremos que vaya hasta él, que le hable, le diga algo, un simple gracias. ¿Pero eso es suficiente?. Entonces otra vez, el film nos devuelve la mirada al mejor agradecimiento: un libro. La historia del hombre bueno, Sonata para un hombre bueno, contada al mundo, dedicada a él, dedicada a ese hombre bueno que representa a todos los hombres como él.
Un film hiper recomendable, con excelentes actuaciones y escenas brillantemente logradas- como la del ascensor por solo citar una. Un reparto que decidió trabajar con una quita del 20 % para que pudiese cubrirse todo con los apenas 2 millones que costó el film. Una música inspiradora, realmente conmovedora que el director logró tras pasarse un buen tiempo traduciendo el guión al francés para convencer a Gabriel Yared que trabajase en el proyecto. Una deuda más que saldada.
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