8.795 millones de niños menores de 5 años murieron alrededor del mundo en el 2008, señala un estudio que incluyó información proveniente de 193 países. De dichas muertes, el 68% se debió a enfermedades infecciosas y entre las principales se encuentran la neumonía (18%), diarrea (15%) y malaria (8%). Estos resultados, así como un análisis por región y por país de diversas causas de mortalidad infantil, fueron publicados en la revista The Lancet por Robert E. Black y un equipo de 12 investigadores. Dicho estudio proporciona un análisis de la información disponible al respecto para el año 2008 y constituye una guía para concentrar esfuerzos a diferentes niveles (regional, nacional, etc.) y así lograr una reducción en la mortalidad infantil. De hecho, uno de los objetivos de desarrollo del milenio de las Naciones Unidas es reducir la mortalidad infantil en dos tercios –en niños menores de 5 años- entre 1990 y el 2015. Robert Black y otros miembros de su equipo colaboraron para el presente estudio con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en particular con el Grupo de Referencia sobre Salud y Epidemiología Infantil, CHERG, por sus siglas en inglés (Child Health Epidemiology Reference Group). Para catalogar las causas de muerte utilizaron la clasificación internacional de enfermedades de la (OMS), y la información analizada fue recopilada por el Grupo de Inter-agencias para la Estimación de la Mortalidad Infantil (IGME, Inter-agency Group for child Mortality Estimation). El IGME esta conformado por representantes de la OMS, UNICEF, la División de Población de las Naciones Unidas, el Banco Mundial e instituciones académicas. Uno podría pensar que con tantas instituciones involucradas y de tal calibre, la recopilación y análisis de la información sería pan comido. Sin embargo, el análisis de datos provenientes de diversos lugares del mundo no es tan sencillo. De hecho, son varios los problemas que hay que enfrentar.Uno de los problemas es que para muchos países no existen los datos necesarios. Este problema es particularmente grave en –justamente- los países que tienen más problemas de mortalidad infantil. También, es común encontrar que la forma de registrar las muertes –e incluso identificar las causas- varíe entre países y regiones, a pesar de que muchos de los países cuyos datos fueron analizados son miembros de las Naciones Unidas y, por tanto, podrían haberse establecido acuerdos con dicha organización para la recopilación de la información necesaria.
Por lo tanto, en algunos casos fue necesario utilizar modelos matemáticos para extrapolar la información existente a los países o regiones o rangos de edad para los que no existía información confiable o disponible. En otros casos fue necesario cotejar la información disponible – o incluso sustituirla- con aquella proveniente de otras fuentes. Por ejemplo, para aquellos países para los que no se cuenta con un registro de información vital adecuado, se utilizó la información proveniente de otros programas de la OMS: malaria, tétanos, tosferina, sarampión y sida.También, se echó mano de modelos ya revisados y probados y que han sido desarrollados por el CHERG y el Departamento de Inmunización, Vacunas y Biológicos o IVB, por sus siglas en inglés (Department of Immunization, Vaccines and Biologicals), ambos parte de la OMS. Tal fue el caso de un modelo que predice la probabilidad de muertes de neonatos debido a tétanos en países con alta incidencia de dicho mal y que considera, entre otras cosas, el nivel educativo de las madres. En el estudio de Black y su equipo se consideraron dos rangos de edad principales: el de los neonatos, que incluye a los bebes de entre 0 y 27 días, y el de los infantes de un mes hasta 59 meses, es decir, hasta los 5 años. Las muertes fueron agrupadas en 7 categorías principales: neumonía, diarrea, malaria, accidentes, meningitis o encefalitis, sarampión y otras causas conocidas.En términos generales, los resultados son preocupantes puesto que la meta planteada parece aun lejana. De las 8.795 millones de muertes en 2008, el 68% se debieron a enfermedades infecciosas: neumonía entre los neonatos y neumonía, diarrea y malaria en los infantes. La distribución de las causas principales de muerte varió de acuerdo con la región. Por ejemplo, y como era de esperarse por la alta incidencia en la región, el 16% de las muertes en África fueron causadas por la malaria y el 1% por sida, mientras que en el sureste de Asia dichas causas combinadas constituyeron solo el 1% de las muertes. Por otro lado, en países y/o regiones con tasas bajas de mortalidad infantil, las malformaciones congénitas fueron proporcionalmente más importantes.El 92% de las muertes a nivel mundial debidas a malaria y el 90% de las muertes debidas a sida ocurrieron en África. Es importante considerar que el 43% de todos los niños menores de 5 años en el mundo viven en 5 países: India, Nigeria, República Democrática del Congo, Pakistán y China. Es decir, algunas enfermedades están concentradas en ciertas regiones debido a las condiciones sociales y epidemiológicas imperantes. Por lo tanto, los esfuerzos de control y tratamiento de enfermedades en estos países es fundamental si se quieren alcanzar las metas de desarrollo en términos de salud y sobrevivencia infantil.En la publicación se incluyen datos por país. Para México, por ejemplo, de un total de 36,367 muertes registradas en el 2008, 14,733 corresponden a neonatos y 21,634 a infantes. Las causas principales de muerte en neonatos e infantes se resumen en el siguiente gráfico:
En general, a cinco años de que se cumpla el plazo establecido en los objetivos de desarrollo del milenio, aun no es posible hablar de tendencias o de logros. A pesar del constante incremento en la población infantil a nivel mundial, la tasa de mortalidad de infantes parece estar disminuyendo. Sin embargo, la tasa de mortalidad de neonatos se incrementó de 37% (2000-2003) a 41% (2008).El estudio de Black y colaboradores se benefició con la inclusión de datos provenientes de India y China, los dos países más poblados del mundo. En estudios anteriores no había sido posible incluir información de dichos países y solo se había podido utilizar la generada por modelos estadísticos. No obstante, la inclusión de nuevas fuentes de datos y los resultantes cambios en la metodología impide hacer comparaciones confiables con años anteriores y sacar conclusiones definitivas respecto a lo logrado. A pesar de lo anterior, los estimados por país de las principales causas de muerte infantil presentados en el estudio, sin duda podrán ayudar a que los programas nacionales y la asignación de recursos tengan una mejor planeación. Por otro lado, y tal y como los autores del estudio reconocen, la desnutrición no fue considerada como una causa directa de muerte cuando en realidad puede estar detrás de una tercera parte de las muertes en niños menores de 5 años. En consecuencia, los programas de ayuda que contribuyan a reducir la desnutrición y/o a tratar las consecuencias negativas de la misma ayudarán a reducir la mortalidad infantil y contribuirán a mejorar la salud y el desarrollo de los niños sobrevivientes.
Artículo de referencia:
Black, R., Cousens, S., Johnson, H., Lawn, J., Rudan, I., Bassani, D., Jha, P., Campbell, H., Walker, C., & Cibulskis, R. (2010). Global, regional, and national causes of child mortality in 2008: a systematic analysis The Lancet DOI: 10.1016/s0140-6736(10)60549-1