Mortarion es una miniatura espectacular, aunque necesita algo de previsión logística antes de ponerse manos a la obra. Si va a ser una pieza para jugar deberías pensar en imantar/pinear algunas de sus partes (yo lo hice con las alas, que me pareció la parte más voluminosa y frágil de la mini, y si hubiese caído, también lo habría hecho con los querubines de plaga que llevan sus cadenas).
No solo es el Señor de la Death Guard, sino también el más guapo de la legión caótica.
Mortarion viene preparado para ponerle sus armas en una u otra mano, con un par de brazos para cada lado con una ligera variación en la pose. Yo decidí hacer una mezcla de las dos posturas oficiales, ya que quería la pistola en la mano derecha pero sin que estuviese disparando, dándole más sensación de estar avanzando.
Silencio, la guadaña de Mortarion, es toda una obra de arte, llena de detalles.
La envergadura de alas es espectacular, si hubiese tenido el aerógrafo entonces lo habría pasado de rechupete con esa superficie tan grande.
Estos deben ser de los nurgletes más influyentes de todo el reino del caos.
Al llevar más de un año pintada, ahora le veo muchas cosas que habría hecho de otra forma (también, el hecho de que fuese un proyecto que me llevó un par de meses aproximadamente, hizo que hubiese detalles que me apeteciese quitarme de encima lo antes posible, me gusta ir variando de esquemas, probar cosas nuevas) pero también es verdad es que en los últimos meses me he metido a probar muchas técnicas: aerografía, pigmentos, weathering... ¡Cosas que vienen muy bien para Nurgle!
He aquí la verdadera causa de la tardanza de Mortarion, ¡las mosquitas! Se ha pasado un año con las moscas sin pintar y eso era imperdonable para aparecer en el blog.
En fin, una miniaturaza chulísima. Pieza central merecidísima de cualquier ejercito de la Guardia de la Muerte.
¡Saludos y seguid pintando!