Uno de los fotógrafos más reputados del mundo, resulta ser un adicto a las Polaroids. Pese a los reducidos recursos que aparentemente podrían permitirle a los expertos este tipo de cámaras, Maurizio Galimberti, lleva desde 2003 trabajando asiduamente con este material y ha conseguido confeccionar un portfolio bastante creativo y de gran carga de expresividad en sus resultados, mediante el uso de collage de instantáneas de famosos, en muchos casos, grandes estrellas de Hollywood.
Su técnica no deja de ser peliaguda. Superponer más de 140 imágenes hasta conseguir un mosaico perfecto. Benicio del Toro, Christopher Waltz, Sofia Coppola, Abel Ferrara, Willem Defoe… Gran cantidad de artistas se han puesto ante su cámara, en un tácito acuerdo por exportar el alma de la persona, no el personaje, hacia un estadio de cercanía con quien observa la fotografía.
Curioso proyecto, surgido de una alergia a los líquidos de revelado y permitiendo así una simbiosis artística muy interesante, entre fotógrafo y cámara, haciendo de su Polaroid, “una extensión de su propio cuerpo”.
Son quince años formalizando retratos en mosaico, habitual de las citas cinéfilas como Berlín o Venecia, dejando una impronta innovadora y conceptual, simple pero profunda, con un mecanismo innato de los rompecabezas, capaz de atraer las miradas del espectador, embaucando su atención. Como en el cine…
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