Para mí sorpresa un post antiguo titulado Oda al crimen, bueno, antiguo, dos mesecitos, resulta ser muy visitado últimamente. Curioso, un post sin etiquetas ni menciones a famosos. De hecho, uno de esos remiendos de historias del comisario que resultan ser retales que raro será el día que sirvan más que para trapos de pasar por el polvo. Y me siento (mentalmente, pues físicamente ya lo estaba) y pienso por qué.Los putos motores de búsqueda. Claro: ese post contiene una relación caótica y desconcertante de toda una serie de medidas que la tecnología pone en funcionamiento para evitar, para disuadir, para investigar, para solucionar el crimen. Entonces debo aparecer por ahí cuando algún tipo busca en algún rincón del planeta, en español, sobre esas cosas.Cómo será este tipo que me encuentra aquí: y por qué ha de ser un varón. ¿Será alguien que tiene algo para ser protegido o será alguien que planea algún delito y quiere información para esquivar los impedimentos que se le presenten?.Ay. Si yo fuera pedante o pretencioso en una dosis más de lo que lo soy de normal. Con cuánto placer, con cuánto suspense sin puntos suspensivos acabaría este texto diciendo que me buscan tanto para cerrar como para abrir puertas.