En mi empeño por buscar lugares de la India alejados del turismo más agresivo, fui recabando recomendaciones de amigos que habían visitado antes el país. Una de ellas me dijo un nombre que me atrajo desde el primer momento: Mount Abu. “Es un lugar perdido en las montañas” fue un argumento más que suficiente. Su paisaje montañoso, las temperaturas agradables, que es un polo espiritual súper importante con visitas e historias de lo más interesante y su carácter tranquilo y agradable hizo sin duda que esta escapada a las montañas del Rajastán mereciera la pena. Hoy os cuento qué ver durante los dos días que estuve en esta encantadora y pequeña ciudad.
El camino a Mount Abu fue seguramente el más bonito de todos los que hicimos, aunque viajar por las carreteras indias siempre es una odisea. Pronto comenzamos a subir y dejar a nuestro alrededor unas vistas impresionantes. El ambiente era totalmente diferente de lo que habíamos vivido antes (y después) ¡y nos gustaba! De camino, nos cruzamos con familias de monos en la carretera, a los que no pudimos dejar de hacer decenas de fotos.
¡Atención si es la hora del atardecer! Hay una zona de Mount Abu dedicada para contemplar la caída del sol: el Sunset Point. Está cerca del centro de la ciudad, por lo que se puede llegar mediante un pequeño paseo. Pronto te darás cuenta de la gran cantidad de gente que se reúne para ver este momento del día. Hay puestos de comida, grupos de familias o amigos, servicio de carros que son transportados por la fuerza humana…
Encontré mucho placer en tal fiesta solo para ver un fenómeno de la naturaleza que se produce a diario. Además, fue muy divertido porque había mucha gente pero éramos los únicos extranjeros, por lo que nos hicimos fotos sin parar -somos una atracción total para los indios- y entablamos también conversación con viajeros de otras zonas de la India o escolares. Los niños se peleaban por una buena ubicación ante la cámara mientras los profesores desfilaban uno a uno para su selfie y nos contaban cómo eran sus vidas y su profesión. ¡Gente muy amable!
Visita a los templos de Mount Abu
Los templos más interesantes de Mount Abu están un poco alejados de la ciudad. Nosotros íbamos con conductor, por lo que los recorrimos fácilmente. Cada uno es muy diferente del anterior y merece la pena el traslado, ya que además rebosan de vida local. Destacan por su minimalista creación los templos jainistas de Dilwara; impresionantes.
El Shakti Peeth de Aaburda Maa
Sati fue la primera consorte del dios Shiva. Su devoción por él hizo que se suicidase quemándose ante su padre, un poderoso rey que había ofendido a su amado en varias ocasiones. El cuerpo de Sati se fue descomponiendo, cayendo en diferentes partes de la tierra. Y este templo de Mount Abu está emplazado en uno de ellos. Hay 17 puntos de energía en el mundo de este tipo.
Tras 350 escalones y muchas campanas por el camino, llegamos a este templo, encerrado entre grandes rocas. El tramo final es parcialmente interior –casi como una especie cueva-, por lo que nos agachamos y pasamos por el lugar de oración. No sé si es por el silencio que se respira –cosa rara en la India-, o porque tiene mucha afluencia de gente local y poco turismo pero este lugar sí me transmite ese halo de espiritualidad que no siempre alcanzo a sentir en los templos, aunque por supuesto la haya en la misma medida.
Los templos de Achalgarh
Al lado de un pequeño lago y cerca de un fuerte que se encuentra bastante deteriorado, en las afueras de Mount Abu, se encuentran varios templos bastante recomendables, aunque quizás sean los menos originales. Siguen la misma estructura de la mayoría de los templos de la India, aunque solo por la vida que vimos también y la zona en la que se encontraban, bastante aislada, nos gustaron bastante. Como siempre, nos acercamos a la zona de adoración a los dioses y dimos una vuelta sobre los templos en la dirección de las agujas del reloj.
Guru Shikhar o Mount Abu
Si la espiritualidad en su más pura esencia está unida a la calma y la paz, no hay mejor lugar para un templo –creo yo- que en mitad de las montañas. Es el caso del templo de Guru Shikhar, que corona un largo recorrido en vertical con diferentes paradas para adorar a los dioses. De nuevo, cada uno de ellos, me transmitió esa sencillez que debería regir algo tan humano como es la religión para aquellos que la profesan –que no es mi caso, pero entiendo que esa debería ser su función-. Algo alejado de los sacerdotes que solo lo son para recibir una propina o de los templos que sacan a los turistas una buena tajada.
Quizás influyera que viajamos en un mes de poco turismo –septiembre-, pero ya por entonces nos dimos cuenta de que éramos los únicos extranjeros de los lugares que visitábamos. Por eso, éramos toda una expectación en lo alto de Guru Shikhar, siguiendo los rituales del lugar o tocando la gran campana que hacía escuchar los deseos de quién la tocaba.
Los templos de Dilwara de Mount Abu
“Cuánto más polvo, más oro”. Así eran implorados los artesanos destinados a dar forma y pulir el mármol de los cinco templos jainistas que conforman Dilwara en Mount Abu. El resultado fue un éxito: un nivel de detalle espectacular para adornar algunos de los templos más especiales y bellos que conocí en mi recorrido en India. Fueron construidos entre los siglos XXI y XIII, siendo hoy un lugar sagrado y centro de peregrinaje muy importante para la fe jainista. Merece la pena dejarse llevar y observar la casi perfección arquitectónica del lugar.
Aunque en el interior no se puede hacer fotos, he conseguido una sin derechos de autor de Wikipedia para poder mostraros cómo son.
Hasta aquí el recorrido de 2 días por una ciudad que si no se ha notado ya, me encantó. Si tienes tiempo en tu recorrido, te la recomiendo. Mucho.
Datos prácticos para una visita a Mount Abu
*Nosotros llegamos al pueblo mediante el conductor que habíamos contratado. Si os interesa en algún modo contar con servicios de este tipo, os los recomiendo los que utilicé. Se llaman Shyam Tours, muy flexibles y con genial servicio. Os atenderán en castellano en el email msshayam93@gmail.com. Os contamos nuestra experiencia por 25 días en el primer post sobre India.
*Hotel: elegimos el Shrii Ganesh Hotel, correcto –habitación muy normal- y bien situado. Sin duda, lo mejor, su terraza, con un servicio muy amable, buena comida y lugar perfecto para tomar tranquilamente un té. Además, si tenéis más tiempo que nosotros en Mount Abu, en este alojamiento organizan salidas a las zonas boscosas de los alrededores donde hay hasta leopardos. ¡Una actividad muy interesante que nos quedó en el tintero!
*Recomiendan evitar la festividad del Diwali (durante los meses de octubre o noviembre según el año, consultadlo), ya que se pone hasta arriba y los precios se multiplican.
*Te invito a conocer nuestras anteriores paradas de viaje: Ankleshwar, un pueblo que nos sirvió de puente para conocer un proyecto que da ayuda a más de 300 niños y Udaipur, la ciudad de los lagos en India; dos paradas más que recomendables; la segunda casi imprescindible. Además, hemos escrito sobre cómo es India, las confusiones más comunes que se producen en el país al ser una cultura tan diferente o las primeras impresiones que asaltan al viajero cuando la visita. Sin duda el un país complejo pero genial y si das con las claves necesarias, será muy difícil que olvides el tiempo que estés allí.
Visita a Ranakpur, uno de los conjuntos jainistas más hermosos de La India
Aunque en India, que algo te ‘pille’ de camino casi siempre va a ser unas horas de desvío, la visita al complejo jainista de Ranakpur merece la pena. El paisaje es también otro de los más bellos del viaje y el concepto de perder el tiempo en este caso no existe. El trayecto es parte del camino. Exteriormente, es imponente y al estar en mitad de la naturaleza, lo recuerdo bastante mágico. Una vez dentro, el estado de conservación es magnífico y aunque llevamos la audioguía, olvido los datos para volver a centrarme en lo difícil que sería labrar este tipo de monumento y su definición.
El templo principal está dedicado a Adinatha, uno de los 24 ‘maestros’ del jainismo y el templo sigue siendo lugar de peregrinación para los fieles. Pero en este templo, la estética es sin duda lo que más llama la atención del viajero. Pasear lentamente por cada recoveco es un placer para los sentidos más visuales. Una delicia. ¡Súper recomendable!