El interés de Portugal por hacerse con los servicios de Mourinho para dos partidos debería hacer reflexionar a muchos. Mucho se está escribiendo en las últimas horas y el sentir parece claro. Si Mou aceptara sería un error. Estoy completamente de acuerdo.
No sé si es incompatible o no, pero al menos no parece ético. Entrenar a un club como el Real Madrid no es lo mismo que estar ayudando al equipo de tu barrio. El Real Madrid implica compromiso, seriedad y responsabilidad. Nos guste o no, la imagen del técnico luso ya está ligada a la imagen del equipo blanco, y sería más que extraño verle en el banquillo portugués.
Si fuera Florentino Pérez o Jorge Valdano, la reunión que ayer mantuvo el técnico con el presidente de la federación portuguesa y que ha trascendido me hubiera molestado bastante. Mourinho no necesita distracciones.
Podríamos hablar, y mucho, del trabajo de un entrenador. ¿Trabajan sólo los domingos? Los grandes entrenadores no. Puede que alguno cargue sobre su equipo toda la responsabilidad y él se limite a colgarse medallas o a sacar la cara a sus jugadores después de cada partido. Para eso están, podrán decir, los segundos entrenadores, preparadores físicos, readaptadores físicos, secretarios técnicos, directores deportivos, etc. Pero soy de los que pienso que esa figura es la de un entrenador mediocre y efímero.
Los grandes entrenadores, como los médicos o los periodistas, por citar otras profesiones, trabajan 24 horas al día. Un médico fuera de servicio sigue siendo médico con su familia, conocidos, urgencias o si pasara algo en la calle cuando pasaba por allí. No podría decir “yo ya he acabado mi jornada”. Los periodistas se pasan 24 horas al día leyendo prensa, hablando con gente, pensando en qué puede ser noticia, temas sobre los que hablar, etc. Y un entrenador debe empaparse de fútbol desde que se levanta y hasta que se acuesta.
Planear entrenamientos, hablar con los jugadores, ver vídeos de los rivales, ojear jugadores, seguir futuros fichajes, estudiar sistemas o atender a la prensa. Son, o deberían ser, algunas de las tareas rutinarias de un entrenador de élite. Aunque no me creo que después de que Mourinho abandone Valdebebas se encierre en su despacho particular o vaya a las oficinas del Bernabéu a seguir trabajando.
Es posible que para dos partidos fuera compatible. Tampoco iba a ser tanta distracción. Pero no creo que al Real Madrid, con el desembolso económico a modo de inversión que ha hecho en Mourinho, le haga mucha gracia ver como concentra parte de sus esfuerzos en otros asuntos. Daría la imagen del becario que acepta un trabajo puntual para sacarse un dinerillo.
Creo que Mourinho, un profesional de los pies a la cabeza, se dejará de historias y seguirá trabajando como hasta ahora por el Real Madrid. Un club de este nivel no puede permitirse un escarceo de este tipo. Aunque no es menos cierto que otras personas como Pastor (balonmano) o Scariolo (baloncesto) han demostrado que pueden hacerse cargo de un combinado nacional trabajando también en un club. Y han cumplido en las dos partes. Aunque el que mucho abarca poco aprieta. El Real Madrid tiene que apretar, y si se pone a abarcar que sean títulos.
Por cierto, no me extraña que el único capaz de entrenar al Real Madrid y a la selección española sea un tal Berraondo. No sé por qué será. Una anécdota curiosa que hoy destapaba el Diario AS.
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