El hombre es una usina. Es una máquina de generar títulos en la prensa, triunfos en sus equipos, declaraciones flamígeras, tapas en cantidades industriales, éxitos y, su especialidad, cabeza a cabeza con su efectividad como entrenador, la polémica. Mourinho es sinónimo de polémica, no quedan dudas. Hasta cuando celebra un gol es capaz de producir un revuelo de dimensiones mundiales. El Real Madrid le ganó 4 a 2 al Villarreal, pero el tema es el festejo del portugués, que fue a festejar el tanto de Kaká adelante del banco del Villarreal, en donde alguno le revoleó algo y otro se contuvo de tirarle una botella.
Esta es la explicación que dio Mou, un tipo sin término medio al que se ama o se odia, sin medias tintas:
Juro que he ido a celebrar el gol con mi hijo que estaba tras el banquillo suyo y ellos han pensado que estaba provocando”