Lo confieso: Mi interés por el fútbol ha ido in crescendo en la última temporada gracias a estos dos hombres. No creáis que soy la única. El otro día comentando mi reciente pasión futbolera con unas amigas, ellas reconocían que estos dos "estilos" de hombre y sus cuitas deportivas, no les resultaban indiferentes.
Si en el mundo del deporte tienen a medio mundo dividido entre los partidarios de uno y otro "mister", tampoco en el mundo de la moda pasan desapercibidos. Rivales dentro del campo y con personalidades muy dispares, Pep Guardiola y José Mourinho comparten, además de profesión y pasión por el fútbol, su preocupación por la moda y su imagen.
El atractivo de Guardiola reside en su savoir faire dentro y fuera del campo, acompañado de un magistral gusto por la elegancia atemporal que marca tendencia. Armani, Toni Miró, Prada o Dior Homme, están entre sus firmas habituales.
Pep ha conseguido dar una vuelta de tuerca al estilo clásico, conjugándolo a la perfección con estilos más sport y actuales.
La combinación de traje oscuro y camisa blanca es recurrente en él, y resulta de lo más favorecedora para su tonalidad de piel.
Me encanta el detalle del pañuelo con el que adorna la chaqueta del traje. Pep Guardiola juega con los detalles y complementos, que le permiten aportar modernidad y estilo a sus looks más formales.
Mourinho, por el contrario, es un hombre algo más ecléctico. Lo mismo luce un estilo supercuidado, que su look más desgarbado con barba de dos... o cuatro días y cabello despeinado. Porque si algo no pueden negar los culés, por muy antimadridistas que seans, es que el pelo de Mourinho es la envidia de muchos hombres, y en asuntos capilares, le gana a Guardiola por goleada.
Cuando opta por el traje, suele llevarlos en tonos grises y acompañarlos con camisas oscuras. Los cuellos de las camisas y las corbatas no parecen estar hechos para él. Si por alguna casualidad de la vida, Sr. Mourinho, usted lee este artículo, permítame darle un consejo: Su tonalidad de piel, ojos y cabello piden a gritos camisas en colores claros.
Su eterno cabreo, sus gestos y sus contrariedades, forman parte de su personaje, pero yo os puedo asegurar que si Mou me mirase con esos ojos de pillo y me dedicase una de sus sonrisas, en ese mismo momento me vuelvo "merengue" y me derrito.