Mover montañas

Por Rosehill

La fe mueve montañas, y eso lo sabía muy bien el profeta Muhammad (Mahoma) cuando decia que iría a ellas si ellas no venían hacia él. Y lo decía porque tenía claro que así iba a conseguir EXACTAMENTE que las montañas estuvieran mucho más cerca de su contexto vital. Si las montañas se han desplazado o si tú te tienes que desplazar hacia ellas NO TIENE IMPORTANCIA, si al final tú consigues experimentar lo que en principio deseabas ¿Verdad?

Es aquí donde te invito a que hagas una reflexión. Repasa tu lista de deseos y reconoce tu actitud en aquellos que estás esperando que la “montaña” se mueva hacia ti.

Pero espera….antes de que te dirijas hacia tu respectiva “montaña” debes saber algo más.

¿Qué crees que hizo que Mahoma decidiera ir a las montañas?
Evidentemente no fue su impaciencia al ver que las montañas seguían estando igual de lejos. No, no fue algo tan superficial, sino bastante más profundo. Seguramente Mahoma sintió un IMPULSO a hacerlo. Ese impulso nació en la VIBRACIÓN que él mismo había generado a través de su deseo. El gran y profundo DESEO de tener una vivencia muy especial la cual estaba reservada para él. Esa experiencia iba a tener lugar en las montañas y él lo supo desde el momento en que miró hacia ellas, porque al hacerlo se vio en ellas y rodeado por ellas. Supo que tenía que estar en ellas y así su deseo se terminó de perfilar. Ahora ya sólo quedaba hacer que esas montañas llegasen a su contexto vital.

Ese saber no provenía de sus conocimientos sino de su sabiduría. Ese saber se llama FE. Fe es saber algo cuya información no reside en tu mente sino en lo profundo de tu ser. Y al decir que lo sabes me refiero a que lo reconozcas, honres e incorpores a tu vida.

Una de las consecuencias de acceder a ese estado de tu ser es que puedes subir considerablemente tu nivel de vibración (somos vibración, todo es vibración) lo cual implica que tu presencia, tus acciones y tus pensamientos tengan un acción mucho más transformadora de tu contexto vital. Es decir, te resultará mucho más fácil moldear tu realidad de acuerdo a tus preferencias.

Volvamos de nuevo a la reflexión anterior. Te decía que no se trataba de salir corriendo hacia la “montaña” que tanto deseas sino más bien de reconocer cuál es tu NIVEL DE VIBRACIÓN mientras deseas que esa “montaña” llegue a ti. Reconocer tu nivel de vibración es reconocer con total honestidad el grado de entusiasmo y pasión que brotan de ti en relación a ese deseo. Debo decirte que no sirve de nada esmerarse por poner más entusiasmo a la hora de desear algo. Y no sirve de nada porque eso ocurre de forma automática. Tu estado del ser genera automáticamente la vibración correspondiente a tal estado del ser. De igual forma, la FE brota de ti de forma automática y no desde un pensamiento.

Ser o no ser, esa es la cuestión (Qué sabio era Shakespeare)

Luego no se trata de desear con fuerza un deseo, porque esta declaración ya nos situa en un punto de partida equivocado. Se trata de que tu nivel de vibración suba para facilitarte considerablemente la vivencia de tu deseo.

¿Recuerdas  haberte sentido alguna vez radiante, vibrante y genial? Si lo recuerdas es que ya sabes dónde esta el punto de partida para mover tu montaña. En ese mismo punto de partida aguarda la FE de la que te estoy hablando.

Un abrazo y hasta pronto
Luis