Movie, movie

Publicado el 11 febrero 2014 por Ganarseunacre @ganarseunacre

Constituye Movie, Movie una reflexión irónica sobre lo que se ha venido en llamar el cine americano clásico, es decir, esta serie de películas que en los años treinta y cuarenta aprovecharon al máximo los hallazgos lingüísticos de Griffith en la narrativa cinematográfica incorporando además el sonido y explotando hasta el agotamiento —según los distintos géneros— las posibilidades argumentales y expresivas. Un cine que se convirtió en una fábrica de sueños donde la ficción aparecía como más veraz que la realidad misma. Y no sólo en las “grandes obras” sino sobre todo los films de la llamada Serie B que dejaban translucir —por su modestia de medios y propósitos— el mecanismo industrial —también retórico en el sentido lingüístico del término— en que se basaba.
Si Godard se permitió “desmontar” ese tipo de cine —y lo hizo con constancia haciendo tabla rasa de los códigos y referentes que lo sustentaban—, Stanley Donen eligió por medio de esta película un camino muy distinto. Mediante la simulación de una sesión de programa doble, interrumpida por la proyección de un “tráiler”, ha diseccionado “desde dentro” los supuestos en que se basaba esa concepción del cine. Llevando hasta el extremo los lugares comunes, tanto argumentales como expresivos, pone en evidencia la falsedad de estos recursos, pero procurando que los guiños al espectador le permitan a éste gozar del placer aristotélico del “reconocimiento”: la famosa identificación de “esto es aquello”, es decir, la constatación de los “ya visto”, permitiendo adivinar la evolución de los acontecimientos argumentales y hasta su plasmación visual.
Movie, Movie es una caricatura divertida que acentúa los rasgos buscando la sonrisa cómplice. Tras un pequeño prólogo de George Burns que advierte al público sobre lo que va ver —“un programa doble de los buenos viejos tiempos”— comienza la primera película, “Dynamite Hands”, una de boxeo. Un chico de modesta familia de emigrantes, Joey Popchick, renuncia a estudiar derecho porque tiene que conseguir una gran suma de dinero con destino a la operación de vista de su hermana Angie que sólo un afamado cirujano vienés puede realizar. Joey se introduce en el mundo del “box” de la mano de “Guantes” Molly, un campeón retirado. Pero la lenta ascensión del púgil no satisface al chico que se pone en manos de un promotor corrompido, Vince Marlowe, que le promete dinero rápido. Todavía se complica más cuando es seducido por una rubia despampanante, “Líos” Morán. Al final, cuando le piden que amañe un combate, Joey desobedecerá al gángster. Todos acabará felizmente, excepto para “Guantes” Malloy que “paga” por el chico. Incluso Joey, convertido en flamante abogado logrará la condena del malvado Marlowe.
“Tras el pase de un “tráiler” de un film bélico “Hora cero” da comienzo la segunda película, “Baxter Beauuties of 1933”, un musical. El empresario Spars Baxter sólo tiene un mes de vida y decide montar el último y más grandioso espectáculo de Broadway, que asegure además el porvenir de su hija a la que mantiene —sin darse a conoce ya que fue la causa de la muerte de su madre— en un internado de señoritas. A Baxter le crea un sinnúmero de problemas la “vedette” con su alcoholismo, engreimiento y amoríos. Como no puede ser menos, el día del estreno, la “star” debe ser sustituida y una novata —que resulta ser la hija de Baxter— triunfa en el primer papel. Oculto entre bambalinas y oyendo los aplausos, Baxter fallece feliz.De esta sucinta sinopsis  puede deducirse la acumulación de tópicos de los géneros de la industria hollywoodiense. Pero lo que constituye un placer deMovie, Movie es precisamente lo que queda dicho; la identificación de lugares comunes, seriado hasta el infinito por las producciones norteamericanas.
Pero lo más interesante es tal vez la simetría narrativa de ambos films dentro de Movie, Movie. A pesar de pertenecer a géneros aparentemente diversos (drama pugilístico y musical), los recursos, incluso su planificación, son los mismos. Esto resulta más evidente en “Dymanite Hands”, por era en blanco y negro y el musical en color[1], no sólo por fidelidad a una época, sino para demostrar que el uso de la fotografía en color no modificó sustancialmente que el uso de la fotografía en color no modificó sustancialmente los esquemas de Hollywood. Con todo, esta similitud, viene refrendada, además por la utilización de los mismos actores, obviamente en papeles diferentes en ambas cintas y el film bélico que se anuncia, mostrando de paso que el “star-system” no se paraba en barras a la hora de utilizar actores bajo contrato en personajes que tal vez no iban con sus características. Esto da lugar a ciertos “chistes”. Por ejemplo, Red Buttons interpreta al igual que Art Carney papeles muy parejos en ambos films; pero Eli Wallach encarna al malévolo Marlowe y luego aparece de simple portero.Stanley Donen con Movie, Movie reconocía y nos muestra las fallas del cine en el que se formó y trabajó, pero las enseña con evidente e irónica benevolencia. Más aún, fiel a la tradición de la que es hijo trata de hacer espectáculo de eso mismo. Esta autorreflexión sobre los límites, miserias y grandezas del llamado “Séptimo Arte” entendido a la americana es algo que ha estado presente a lo largo de toda su obra. Pero su lucidez no le ha empujado fuera del “sistema” sino que ha aceptado con una sonrisa critica “las reglas del juego”. Con esta película le rinde homenaje.