Movie Review…por César del Campo de Acuña
País: Estados Unidos.
Año: 2007.
Duración: 105 minutos.
Género: Terror. Suspense.
Guion: Wes Craven y Jonathan Craven.
Reparto: Daniella Alonso, Michael McMillian, Jessica Stroup, Jacob Vargas, Lee Thompson Young, Ben Crowley, Eric Edelstein, Flex Alexander, Reshad Strik, Michael Bailey Smith, David Reynolds, Derek Mears y Jeff Kober.
Fotografía: Sam McCurdy.
Música: Trevor Morris.
Montaje: Sue Blainey y Kirk M. Morri.
Dirección artística: Alistair Kay.
Diseño de producción: Keith Wilson.
Estreno en Estados Unidos: 23 de marzo de 2007.
Estreno en España: 11 de mayo de 2007.
There are fates worse than death
Tras la Buena acogida, tanto de público como de crítica especializada, de Las colinas tienen ojos de Alexandre Aja, Fox no solo comenzó a pensar inmediatamente en una secuela sino que además constituyo un sello especializado en producir comedias y películas de género. Bautizado como Fox Atomic este sello no solo se encargaría de lanzar al mercado films sino que potenciaría sus estrenos con un ejercicio de narrativa transmedia apostando por el comic. La primera cinta lanzada por Fox Atomic fue Turistas (John Stockwell – 2006), una suerte de torture porn que no termino de convencer mientras que la segunda fue El retorno de los malditos, obra que hoy nos ocupa y que apenas pudo salvar los muebles en la taquilla. Fox Atomic, como cualquier subsidiaria de una mayor especializada en cine de género, pretendía hacer películas “baratas” pero muy rentables por lo que debo entender que Alexandre Aja, siendo este consciente del éxito del film que dirigió y coescribió en 2006, se les escapaba de presupuesto y por eso contrataron a Martin Weisz, un realizador que solo contaba en su haber con un largometraje por aquel entonces (Rohtenburg de 2006) y una sólida carrera filmado videoclips y anuncios para la televisión. Para suplir a Aja en el otro campo en el que intervino (el guion) Fox Atomic trajo a Wes Craven y a su hijo, Jonathan Craven al proyecto pensando que, teniendo al padre de Las colinas tienen ojos embarcado en la producción sacarían mejor resultado que lo que hizo el miembro del splat pack. Craso error.
Jonathan Craven, por mucho que su difunto padre trate de ensalzarlo en los extras de El retorno de los malditos, no es un buen guionista. De hecho, el único trabajo que le acreditaba como tal fue The Outpost, película que aquí conocimos como Proyecto Mind Ripper, que apenas pasa de ser un telefilm y que es considerada y/o llamada como Las colinas tienen ojos III a pesar de no guardar ningún tipo de relación con la cinta de 1977 y con su secuela Las colinas tienen ojos 2. Los Craven parieron una historia en la que un grupo de miembros de la Guardia Nacional de los Estados Unidos sufrirían el acoso de un grupo de mutantes caníbales aún peores que los que pudimos conocer en la cinta dirigida por Alexande Aja. Wes Craven explica, en los comentarios de la edición doméstica, que el clan de Papa Hades (principal antagonista de El retorno de los malditos) guarda relación con el de Papa Jupiter pero, debido a la violencia de los de Hades, estos viven apartados en el interior de los túneles de las minas abandonadas que recorren el interior de las colinas. Pero, cuentan los Craven, el número de estos mutantes más grandes, más feos y más malos es muy reducido por lo que su principal objetivo no es encontrar carne fresca que llevarse a la boca (que también) sino secuestrar mujeres a las que fecundar para que traigan al mundo una nueva generación de súper mutantes. Evidentemente, en el grupo de novatos de la Guardia Nacional (un atajo de pazguatos que parecen haber salido de una versión multiétnica de Melrose Place y que no te crees en ningún momento como soldados), hay mujeres por lo que la película gira tanto en torno al rape and revenge como a la cinta de terror más genérica.
No sé si es por lo flojo del guion o la torpeza de Weisz pero lo cierto es que la película no transmite ningún tipo de angustia o suspense. Al parecer en las escenas filmadas en interiores trataban de emular la claustrofóbica sensación que The Descent (Neil Marshall – 2005) despertaba en los espectadores en su primera mitad pero, créanme cuando les digo, que El retorno de los malditos no lo consigue en ningún momento. Partiendo de la base que no pude creerme a los sufridos protagonistas, los espacios por los que se mueven, aun siendo ciertamente angostos, no son lo suficientemente sofocantes o al menos no terminan de convencerte cuando ves deambular por ellos a mastuerzos de dimensiones colosales sin ningún problema. Lo mejor, sin lugar a dudas, es el diseño de producción y el maquillaje que los actores que interpretaron a los mutantes tuvieron que llevar encima. Los detalles en la piel de camaleón, el aspecto brutal de Papa Hades o la grimosa sala de despiece son los elementos más destacables del aspecto visual de la cinta pero no crean que estos no merecen critica alguna ya que en algunos momentos, especialmente durante una conversación entre el sargento instructor y una de los miembros de la unidad, se nota perfectamente el uso de pantallas verdes y resultan tan evidentes que es hasta molesto. Por otro lado, el “humor negro” que Papa Craven dice del que hace gala su retoño, se lo podría haber metido por donde no le pega el sol porque la tontería de la mano en el wáter o el mutante saludando con el brazo amputado de uno de los soldados no resulta en absoluto gracioso y/o macabro.
Si me preguntan sobre la escena más memorable del film contestaría que sin lugar a dudas se trata del asqueroso y brutal parto al que asistimos nada más empezar la película. A partir de ahí todo va en caída libre. ¿Es tan mala como la secuela de 1984? No, desde luego que no, pero en comparación con la de Alexandre Aja es terrible. Como mencione con anterioridad, el film salvó los muebles y poco más, matando a la franquicia de paso. ¿Y que fue del sello Fox Atomic? Pues que se fue a la porra en 2009 tras tres años en los que produjeron un total de 10 películas entre las que destacan Jennifer’s Body y 28 Semanas después (otra que, al igual que El retorno de los malditos, contó con transmedia en forma de comic) siendo el resto comedias muy flojas como Un rockero de pelotas. Para el recuerdo queda el fallido remake de La revancha de los novatos que pretendieron en 2006. Para finalizar solo puedo decir sobre El retorno de los malditos que se trata de una secuela mediocre sin ningún tipo de personalidad de la que solo puedo salvar algunos efectos especiales prácticos y el maquillaje de los mutantes. El resto es pura basura y lo escribe alguien al que le encanta la franquicia Las colinas tienen ojos.
Curiosidades:
- Les he hablado de The Descent ¿verdad? Pues los creadores de los pozos/minas que pudimos ver en El retorno de los malditos son los mismos que los que hicieron la gruta en la película dirigida por Neil Marshall en 2005.
- Derek Mears tuvo que soportar sesiones de 4 horas de maquillaje para convertirse en el mutante Camaleón.
- Los protagonistas tuvieron que recibir lecciones de escalada para la película.
- Las heces que pudimos ver en el urinario portátil estaban hechas con ciruelas guisadas.
- Los Craven (Wes y Jonathan) tan solo tardaron un mes en escribir el guion…hecho que explica muchas cosas.
- Michael Bailey Smith, Papa Hades en El retorno de los malditos, interpreto a Pluto en Las colinas tienen ojos de Alexandre Aja.
- Daniella Alonso (Missy en la película) en 2007 tuvo doble ración de mutantes garrulos caníbales, ya que también participo en la película 666 II: Camino sangriento.
- La trama de El retorno de los malditos y 666 se parecen sospechosamente a la trama del guion, nunca producido, escrito por John Carpenter titulado Prey.
- La primera que tuvo Wes Craven para la secuela fue hacer retornar a Brenda, una de las pocas supervivientes del primer film, al lugar en el que ocurrieron los hechos como miembro de la Guardia Nacional (Craven añadió que la joven se alisto para superar sus miedos). La idea tuvo que ser desechada debido a que la actriz que interpreto a Brenda, Emilie de Ravin, estaba muy ocupada con el rodaje de Perdidos (Lost).
- El retorno de los malditos fue proyectada por equivocación durante un pase de Mimzy, más allá de la imaginación en un cine de Long Island. La audiencia, en su mayoría niños, se tuvieron que tragar la brutal escena que abre la película. Los empleados del cine no se dieron cuenta de su error hasta que empezaron a ver a los espectadores salir de la sala llorando y gritando. El cine, para compensar a los espectadores por su error ofreció entradas gratis y asistencia psicología gratuita a todo aquel que la necesitara.
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