Movie Review…por César del Campo de Acuña
País: Estados Unidos.
Año: 2007.
Duración: 168 minutos.
Género: Aventuras. Acción.
Guion: Ted Elliott y Terry Rossio.
Reparto: Johnny Depp, Keira Knightley, Geoffrey Rush, Orlando Bloom, Bill Nighy, Kevin McNally, Chow Yun-Fat, Mackenzie Crook, Lee Arenberg, Naomie Harris, Tom Hollander, Stellan Skarsgård, Reggie Lee, Jack Davenport, David Schofield, Jonathan Pryce, Keith Richards, David Bailie y Martin Klebba.
Música: Hans Zimmer.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Montaje: Stephen Rivkin y Craig Wood.
Dirección artística: Bruce Crone, John Dexter, William Hawkins y William Ladd Skinner.
Diseño de producción: Rick Heinrichs.
Estreno en Estados Unidos: 19 de mayo de 2007.
Estreno en España: 24 de mayo de 2007.
At the End of the World, the Adventure Begins
Es evidente que, a estas alturas, todo el mundo conoce que la secuela de Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra se dividió en dos películas. La primera de ellas, estrenada con gran éxito en 2006, fue Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto. La segunda llego en 2007 bajo el título de Piratas del Caribe: En el fin del mundo y aunque funciono apenas salvo los muebles (costo 300 millones de dólares y en Estados Unidos solo consiguió 309). ¿Motivos? Sencillamente, y a pesar del éxito económico de El cofre del hombre muerto, el público (que es el que importa en estas ecuaciones) no termino contento lo que repercutió negativamente en la promoción y recaudación de En el fin del mundo. Pero, por si la mala prensa fuera poco, la segunda mitad de la secuela es con mucho la peor del díptico que conformaron las cintas estrenadas entre 2003 y 2007. Repiten los personajes, se atan los cabos sueltos y se cierra el arco de Davy Jones pero el público no compro o no quiso comprar el candado que echaba el cierre a la propuesta. Fuera por las larguísimas y anodinas escenas de calma chicha en la que buscan a Jack Sparrow entre los dos mundos o decisiones tan desafortunadas como matar al Kraken sin que el público pudiera ver el final de la bestia, los espectadores despidieron a la franquicia con tímidos abucheos que, a lo largo de los años, se han ido convirtiendo en sonoras pitadas.
Esto me lleva a ser sumamente crítico con la película en cuestión. Es cierto que tiene todos los elementos que hicieron de las anteriores experiencias memorables para su seguro servidor pero esta última entrega se hace, por momentos, insoportablemente larga (con 2 horas y 49 minutos de metraje es la entrada de mayor duración de la franquicia) y aunque tiene grandes escenas de acción acentuadas por tópicos del cine de aventuras (la batalla entre la Perla Negra y el Holandés Errante en las turbulencias de un remolino es tan espectacular como extenuante) y el humor burlón y tontorrón del que hacía gala sus predecesoras cansa y cansa mucho. La falta de frescura y el sabor a refrito es lo que hunde el barco sobre el que navega Piratas del Caribe: En el fin del mundo. Por otro lado tiene agujeros de guion más grandes que el de una bocana de cañón como el hecho de que Barbossa tuviera una pieza de a ocho cuando se supone que era el segundo de Jack Sparrow en La Perla Negra o meteduras de pata históricos que, al espectador medio no le dirán nada, pero al que guste de la compañía de estos lobos de mar en otros formatos le hacen rechinar los dientes (tomen por ejemplo que Villanueva, el capitán pirata indudablemente español ya que, a fin de cuentas, uno de sus hombres luce una montera, iza el pabellón pirata del auténtico Barbanegra). Con todo y con eso el film tiene elementos rescatables.
Una vez más viene a salvar de las profundidades del abismo a una película el diseño de producción. Al igual que ocurría en las dos cintas que precedieron a Piratas del Caribe: En el fin del mundo, el diseño de producción es espectacular, imaginativo, repulsivo, exótico y, a la postre, memorable. Es cierto que resulta terriblemente recargado pero cada plano está repleto de elementos visuales que invitan al espectador a querer saber más. Tomen por ejemplo La Cala de los Naufragios o esa oscura torre donde se ajusticia a piratas vista en Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto y díganme si, como aficionados al fantástico, no quieren saber más de esos emplazamientos y la historia que tengan que contar. Sí, es cierto que meten la pata al añadir elementos reales como ya he mencionado (banderas de piratas famosos) pero obviando esa menudencia de la que muy pocos de los 4.107.538 de espectadores que fueron al cine a ver el film en España se quejarían, la presentación es impecable a pesar de lo barroca que resulta (especialmente cuando hace presencia el Capitán Teague, al que lo le cabe un adorno más encima) en términos generales.
Para concluir déjenme decirles que aun siendo la peor, con diferencia, de las tres primeras entregas de Piratas del Caribe, lo positivo supera a lo negativo en Piratas del Caribe: En el fin del mundo. El exotismo, la aventura, la acción, el humor, el romance (que no el romanticisimo que está implícito su presencia), los tópicos y el carisma están ahí pero el acto resulta sumamente reiterativo al repetir los mismos esquemas que las cintas que precedieron a la que estaba llamada a ser la última entrada en una franquicia que había dejado pingues beneficios en las arcas de la Disney. Jack Sparrow, quizás el personaje más importante (o famoso si así lo prefieren) en la carrera de Johnny Depp, se despedía momentáneamente con menos grandilocuencia de la que se esperaba y saliendo por la puerta de atrás de una nave que no esperaba volver a zarpar, aunque, como bien saben, sea por aquello de conseguir más botín (ya saben, arrasa con lo que veas y generoso no sea) o por contentar al público si lo hizo pero eso es una historia que contare en otras entradas. Sea como fuere, Piratas del Caribe: En el fin del mundo es una entretenida cinta de aventuras para toda la familia en la que hay momentos brillantes y memorables (como la escena en la que Lord Beckett está bajando del castillo de proa en medio del fuego enemigo) y otros que te hacen torcer el gesto con avaricia (ejemplo: la locura de Jack en la tierra que separa a los vivos de los muertos). Como ya he mencionado y sintiendo enormemente repetirme, lo positivo suma más que lo que resta lo negativo y si bien es cierto que como obra en solitario no funciona en conjunción con la que le precedió sí.
Curiosidades:
- Cuando se comenzó a filmar aún no se había cerrado el guion lo cual explica muchas cosas.
- Las banderas piratas reales que aparecen en las naves de los señores de la piratería son las siguientes: Barbossa luce la bandera de Calico Jack Rackham, Jack Sparrow la de Edward England, Chevalle la de Stede Bonnet, Sao Feng la de Edward Low, El caballero Jocard luce la de Bartholomew Roberts y Villanueva la de Barbanegra. También vemos la del Capitan Dulaien, Emmanuel Wynne, Christopher Condent, Richard Worley, Christopher Moody, Henry Every y diseños muy parecidos a los de Thomas Tew y John Quelch.
- La escalofriante batalla naval se rodó en un hangar aéreo en Palmdale, California, donde el reparto tenía que llevar trajes de neopreno debajo del vestuario.
- Las cascadas vistas en el film no son otras que las famosas cascadas del Niagara.
- El elenco y el equipo filmaron fuera de la costa del sur de California en el área de South Bay durante la última semana de agosto de 2006. La Perla Negra se podía ver navegando hacia y desde el puerto de Palos Verdes y el muelle de Redondo Beach.
- Durante el rodaje Johnny Depp estaba todo el día cantando ya que se estaba preparando para su próximo papel en Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet.
- En un principio el film se iba a ir a las tres horas de duración pero Jerry Bruckheimer le corto 20 minutos.
- Gore Verbinski ayudó a Hans Zimmer a componer la partitura musical de la película. Él director y Zimmer colaboraron en la canción “Hoist the Colors”, y Verbinski tocó la guitarra en la escena del “Parlamento”.
- Según Gore Verbinski, las escenas de Singapur estaban destinadas a parodiar la cultura del spa.
- Esta fue la tercera película de piratas para las que Hans Zimmer compuso la banda sonora. La otra fue Los Teleñecos en la isla del tesoro de 1996.
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