Movilidad y aprendizaje
El índice que desarrollaremos será el siguiente:
- Introducción: las tres tendencias tecnológicas actuales.
- Los servicios basados en la nube.
- La convergencia de las comunicaciones.
- El fenómeno BYOD y la consumerización.
- Los nuevos dispositivos móviles.
- Las nuevas necesidades de los usuarios con movilidad.
- El nuevo "socialismo digital": un cambio en el paradigma social.
- Movilidad y aprendizaje (este post).
- El utilitarismo de la compulsión postmodernista.
- Incidencia de estos cambios en las empresas.
(Post 8/10 de la serie Movilidad TIC: la sustantivación técnica del adjetivo).
En la segunda mitad de la década de los 80, participaba yo en un grupo de trabajo constituido por algunas universidades y grandes empresas de Informática. En ese grupo ya se oía hablar de la importancia que iba a tener la informática personal en el ecosistema educativo, en donde los procesos de aprendizaje serían tutelados por sistemas expertos mediante técnicas de inteligencia artificial, tan de moda entonces.Varios años más tarde, tutorizando un Máster Universitario de Tecnología Educativa, se notó una deriva hacia el estudio de la didáctica que los nuevos medios requerían para su integración en los procesos educativos. Desde entonces, he seguido de cerca las posibilidades educativas de la tecnología y se ha avanzado mucho, pero también se han cometido errores que han desvirtuado los resultados obtenidos.
- El primer problema siempre ha sido que el acceso a los contenidos digitales, en un primer estadio siempre locales y posteriormente remotos, está ligado a un dispositivo concreto de acceso, que ahora puede ser móvil. Si no hay dispositivo, no hay formación. Si no hay un dispositivo concreto compatible con la información a consumir, tampoco es posible el fenómeno formativo.
Este problema parece que se soluciona con estas dos variables con las que trabajamos: consumerización y movilidad. Vamos a conceder este primer problema como resuelto o en vías de solución para centrarnos en algo más específico. - El segundo problema reside en los mismos contenidos. Producir contenidos digitales requiere unas inversiones fabulosas, lo que hace que los productores de contenidos solo se atrevan con materias transversales o que puedan alcanzar un alto nivel de difusión para mejorar el retorno de la inversión.
Si los contenidos son caducos, su tasa de reposición deberá ser muy elevada y esto acorta el ciclo de vida del producto formativo, lo que disuade al inversor de su producción pues nunca alcanzará una masa crítica suficiente de clientes que le permitan amortizar el producto en un plazo razonable. - El tercer problema es didáctico. He de reconocer que cuando alguien me comenta que tiene resuelto el problema didáctico cuando el medio de formación es online, interiormente me sonrío, discretamente por cortesía. Inmediatamente después me viene el pensamiento de que en su curriculum faltan unos cuantos miles de horas de clase, también online, para poder comprender la realidad: es un didacta de oficina.
No es broma: invito al lector a leerse una modificación que se hizo hace pocos años a la taxonomía de Bloom, herramienta por antonomasia para gestionar los objetivos formativos en cualquier proceso de aprendizaje, para adaptarla a lo específico de la formación utilizando medios digitales.
El todo o nada de lo online
Decir online, es casi no decir nada, pura banalidad: es, simplemente, expresar el medio. Hemos vuelto a sustantivar el adjetivo. Es cierto que frecuentemente el medio condiciona el contenido, pero lo que fundamentalmente condiciona es la didáctica de aprendizaje. No todo lo online se puede meter en el mismo saco.El problema se hace más agudo en el ámbito de un aula, en donde se puede perder lo específico del aula, que es la unidad de una comunidad de estudiantes liderados por sus profesores. El mundo digital online no toma en cuenta los matices, la educación personalizada se construye sobre ellos. Esto no quiere decir que haya que abandonar la tecnología.
Soy un firme defensor de ella, también en las aulas; pero no se puede utilizar de manera exclusiva ni tampoco como un sucedáneo que atenúe los problemas que pueden presentar los entornos educativos en un momento histórico concreto.Todos nos hacemos una idea aproximada del daño que puede hacer a los estudiantes el “copiar/pegar”. De modo análogo, tampoco tendría sentido aislar a los alumnos de los nuevos medios digitales y no proporcionarles algo más que una alfabetización digital.
Hay que saber buscar lo mejor de los nuevos medios y saberlos integrar con los tradicionales, que después de todo no deben ser tan malos ya que nos han traído hasta este momento histórico.
En el siguiente post: El utilitarismo de la compulsión postmodernista.
Alfredo Abad Domingo.
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Artículo "Tecnologías para la movilidad. La sustantivación técnica del adjetivo". Escrito originalmente y publicado en Escenario 2012. Instituto Tecnológico y Gráfico Tajamar. ISBN: 978-84-88543-12-7. Copyright 2012 by Alfredo Abad.