Izquierda Unida tiene que impulsar esas movilizaciones y coordinar el desencanto de miles y miles de trabajadores y trabajadoras que ven como nos están cambiando las reglas de juego para hacer trampas, para retrasar la edad de jubilación dos años, para empeorar nuestras condiciones de vida en una etapa en la que estamos más indefensos y débiles para la lucha. No creo en la política del mal menor y considero que la fuerza de Izquierda Unida tiene que venir de la calle, de los movimientos sociales en los que estamos los militantes de IU, de la capacidad pedagógica y de comunicación que tengamos y de la movilización que generemos en torno a esta política concreta en las que la mayoría nos apoya.(Muchas veces no coincide)
No nos queda otra alternativa más que la movilización para conseguir parar algo que a la mayoría de la población le parece injusto. Para ello nos hará falta coraje en la convocatoria y hablar con el resto de movimientos sociales que perciben este cambio como una regresión histórica de derechos de la clase trabajadora.
Cuando Izquierda Unida llama a la movilización contra el pensionazo, estamos hablando de encabezar la rabia que la gente tiene con la firma sindical en la Contrarreforma del sistema de pensiones y la mentira que intentan imponernos desde todos los ámbitos de que este tipo de política es la única posible. No hay más que leer la intervención de Gaspar Llamazares explicando a la Vicepresidenta de economía y al Ministro de trabajo porque nos oponemos a la Reforma del Sistema Público de Pensiones, con datos, argumentos, desmontando las falsedades y diciendo que hay salida a la crisis por la izquierda.