Moxie

Publicado el 04 julio 2018 por Plausible @plausibleblog

Vivian Carter tiene 16 años y está aburrida. Pero también está harta. Harta de que en su escuela secundaria de una pequeña ciudad de Texas  el equipo de fútbol americano tenga todo permitido. Harta de los códigos de vestimenta sexistas y del acoso en el pasillo. Y, sobre todo, harta de seguir siempre las reglas. Pero algo empieza a cambiar. El pasado audaz, atrevido y feminista de su mamá siempre le ha fascinado y, ahora, se convierte en la inspiración que necesita para idear su propia manera de desafiar lo establecido. ¿Seguir aceptando las agresiones de un grupo de alumnos y las arbitrariedades de los profesores o presentar resistencia?, ¿continuar siendo Vivian la obediente o dar batalla? Algo que comienza con pequeños desafíos se convertirá en Moxie, un movimiento que unirá a las chicas en la lucha. Ya nada las detendrá. Ya no aceptarán las reglas establecidas.
Gracias a la editorial por el ejemplar.
Como podrán haber visto en el blog, ando con un reading slump bastante importante. Entre que mi trabajo incluye leer (lo cual al principio es genial, pero después de unos tres años, más o menos, ya no te parece una locura) y que estoy literalmente a días de terminar de cursar mi carrera de grado (por lo que fueron un par de meses terribles. Terribles), mi tiempo de lectura se redujo casi a la mitad, si no más.
Así que, al tomar Moxie, me sentí mal cuando no me atrapó desde el principio. Hacía un tiempazo que lo quería leer, desde que lo publicaron en Goodreads hace año y medio, creo, como novedad del 2017, así que creí que ese hype me estaba jugando en contra.
Good thing que soy un ser inteligente y me di cuenta enseguida de que el reading slump me estaba jugando en contra, porque sino no habría podido disfrutar de este librazo.
Moxie es un libro sobre feminismo, lisa y llanamente. Creo que es un libro sobre feminismo para chicas que no tienen idea de feminismo y empoderamiento y todo lo que este conlleva, así que para reseñarlo voy a tomarlo como lo que creo es: una historia para pibas aún sumergidas en las sociedades machistas y patriarcales que tienen que abrir los ojos y las orejas para darse cuenta de qué está pasando. Que el feminismo no es solamente buscar que dejen de matarnos, ni solamente dejar de usar puta como insulto.
Vivian vive en un pueblo texano híper conservador que considera a los chicos del equipo de fútbol americano de su escuela como dioses intocables a pesar de ser unos cerdos sexistas y abusadores. Esto se traduce a, por una parte, que el presupuesto para uniformes vaya todo a ellos y no a los equipos femeninos, pero por otro a que las autoridades no las escuchen cuando se quejan de abusos dentro y fuera de la escuela o sexismo explícito.
Así que, como tiene la canasta completa, Vivian, inspirada en el pasado medio punk y feminista de su madre, decide crear Moxie, un fanzine que invita a las chicas de la escuela a unirse en actos un poco simbólicos y otros más directos y físicos.
Creo que Moxie es importante no por el libro en sí (I mean, it is, pero va más allá de eso), sino por lo que conlleva. Hace poquito, cuando me preguntaban por Todxs Somos Normales, decía que creo que el YA es el fiel reflejo de las problemáticas que se dan en las sociedades; en ningún otro género tenés tantas novelas contemporáneas que traten tantos temas de tan diferentes perspectivas y puntos de vista, y que un libro como Moxie tenga un lugar indiscutido en la literatura juvenil de nuestro país dice mucho de nosotres, les jóvenes, como lectores, personas y votantes.
Quizás mamá tenga razón. Quizás un día me iré de East Rockport.
Pero primero tengo que prenderlo fuego.
No quiero pensar en Moxie desde un lugar muy elevado, porque creo que hoy podría criticarle muchas cosas que no me corresponden, porque todes estuvimos allí: en ese no sé qué, que si feminismo es lo contrario al machismo pero, a la larga, lo mismo, que si sos feminista no te podés vestir de una forma u otra, etcétera. Crecimos, nos deconstruimos, y por eso podemos criticar (no reseñar, sino criticar per se) un libro como Moxie. Pero yo elijo no hacerlo, porque repito que, creo yo, lo importante de este libro no es el libro en sí, sino el lugar que el feminismo toma en la agenda pública de les jóvenes y en el de las editoriales. No hay que olvidar que V&R Editoras eligió publicar este libro; puede ser rentable, pueden subir puntitos de imagen y pueden saber que tienen soldados fieles aguantando los trapos (?), pero es un riesgo enorme, en un país (aún) bastante machista como el nuestro, tener los ovarios que hay que tener para publicar un libro feminista para jóvenes.
Moxie, creo yo, es el despertar feminista de muches de nosotres. Está la chica que no está segura de si llamarse "feminista" incluye ser parte de un movimiento un poco (bastante) combativo, la que evita llamarse así para que no la identifiquen automáticamente con este colectivo, la que está deconstruida y no entiende cómo el resto puede seguir pensando así. También está el aliado que, en cierto momento, se plantea que sí le cree a la víctima de abuso, pero qué pasaría si estuviera acusando a un chico inocente. Gente como yo, con una personalidad muy explosiva y que no teme ir al frente, dice que prefiere creerle a una posible víctima que a un posible abusador, pero puedo decirlo después de años de sentirme acosada, oprimida y de ver a pibas abusadas a las que les buscan una excusa en el cuerpo para justificar ese acoso/abuso.
Es un libro plagado de dudas, porque Vivian no quiere que acusen a su amiga feminista de lo que ella está haciendo en secreto, y porque las autoridades del colegio están atentas para poder castigarlas y echarlas en el caso de que hagan alguna actividad relacionada con Moxie. Vivian tiene miedo de que ese empoderamiento, que surge de a poco y no es mágico, pueda costarle algo a futuro (como una suspensión al postularse a universidades). También de que le cueste la imagen de chica buena que tiene, porque la identidad es mucho más que llamarse de una u otra forma, y eso conllevaría todo un cambio interno que no sabemos si está dispuesta a enfrentar.
Pero también tiene miedo de seguir deconstruyéndose, como lo tenemos todes, porque a medida que pasa el tiempo nos vamos dando cuenta, de a poquito, que el patriarcado y sus ramificaciones machistas no solo son una mierda, sino que están en cada uno de los ámbitos en los que nos movemos, personas con las que nos relacionamos, actitudes que tomamos frente a determinadas situaciones.
Veamos a Moxie como es: el despertar feminista de un grupo de chicas de un pueblo de Texas que puede ser la chispa que incendie el patriarcado. Será, quizás, el despertar feminista de cientos de chicas argentinas que aún no están lo suficientemente deconstruidas como para poder tomar obras no ficcionales de la teoría feminista. Será, espero, lo que les abra los ojos a muches lectores jóvenes sobre lo que el patriarcado hace a mujeres, hombres, intersexuales, non binary y un largo etcétera que muches no tienen en cuenta al momento de hablar del pensamiento machista.
Será, ojalá, lo que inicie la revolución en muches jóvenes. La revolución será feminista o no será. ¡Es hora de pelear como una chica!