“Mr. Dieingly Sad”...Summer of 66

Publicado el 28 octubre 2015 por Puchalt

“Mr. Dieingly Sad”...Summer of 66   Los sesenta fueron unos años fascinantes social y culturalmente, una década en que se empiezan a constatar nuevos modelos y erradicar anquilosados conceptos. El mundo cambió del blanco y negro al color,la gente redescubrió los cómics como referente cultural para todas las edades, muchos vieron que el rock and roll no había sido una moda juvenil pasajera y había llegado para quedarse... también hubieron disturbios, guerras, luchas por derechos fundamentales... Hoy, con la debida perspectiva y profundidad histórica, podemos asimilar mejor lo ocurrido en esa década en occidente. pero no estamos aquí para sesudas disertaciones así que nos vamos a quedar con la icónica y nostálgica impronta Yankee, que a través de imágenes y sonidos ha conformado (a aquellos que no vivimos aquella década) el retrato nostálgico de unos años donde la juventud fue la piedra angular de los cambios... y vale ya, que me pongo espeso.
  Supongo que cada uno en su cabeza tiene un abanico distinto de iconos que forman su idea de los 60. Cada cual tendrá su colección de mitos, películas, imágenes, de canciones, con la que identifican la década dorada, muchos seguro que son comunes, como los Beatles, el asesinato de Kennedy, Woodstock, la guerra de Vietnam... Yo tengo varios 60's en mi cabeza, y cada uno tiene una banda sonora distinta. Entre los muchos ritmos que se acumulan en mi memoria hay un tema muy significativo (y no tan conocido) que últimamente me viene mucho a la cabeza que quiero recuperar y compartir con todos vosotros.
1966 fue el año de Simon & Garfunkel, de los Beatles, de los Monkees, de The Mamas & The Papas, pero sobre todo del "Pet Sounds" de los Beach Boys, estaba claro que el Rock  había dejado atrás su rebelde alarido para convertido en susurro con estilo. La British invasion lo cambió todo en USA, los grupos pop eran el futuro, ya fuese fusionando con el creciente Folk, con aires de Rythm and Blues, o con el sabor de las clásicas armonías vocales heredadas del doowop, en este último registro unos jóvenes de Nueva Jersey dejaron una perenne huella al verano de 1966. Liderados por el talentoso cantante, guitarrista y compositor, Don Ciccone, The Critters arrasaron ese año en los charts norteamericanos con su versión de “Younger Girl” (The Lovin' Spoonful) y con un tema propio de título ligeramente enigmático compuesto por Ciccone, “Mr. Dieingly Sad”.
  The Critters tenían la imagen perfecta de banda pop sesentera,  de pelo largo (pero no tanto), camisetas de rayas no demasiado excéntricas, pantalón de pitillo blanco, abrigos y chaquetas de inspiración británica, en definitiva correcto pero nada nuevo. Musicalmente tampoco eran especialmente destacables, armonías pop, claramente inspiradas en los sonidos de las incipientes bandad británicas, y un cierto aire californiano a lo Beach Boys. Entonces ¿por que lo petaron tanto ente la chavalada, especialmente las chicas, de aquel 1966? . Yo no sabría argumentarlo, era un tiempo raro, con la guerra de Vietnam como fondo argumental diario, junto a los disturbios por discriminación racial, la música fue un medio de rebeldía y denuncia, pero también una válvula de escape, y aquel verano miles de jóvenes norteamericanos escogieron una pausa relajada y bucólica con “Mr. Dieingly Sad”, perfecto ejemplo de suave (blandita) y formal vocalización (al estilo de"Willow Weep for Me" de Chad & Jeremy) , exquisita instrumentación y ambiente sereno... resultaba, simplemente, hermosa.
 The Critters desaparecieron tal y como llegaron, Vietnam, aquella distante guerra que desangraba a la juventud norteamericana se llevó a Ciccone junto a otros dos integrantes del combo a combatir por su bandera. Cuando el ejercito les devolvió su libertad (y sus melenas) el momento de The Critters había pasado, irremediablemente. Ciccone siguió componiendo y cantando junto a the Four Seasons y Tommy James & the Shondells... pero esa historia no es relevante, hoy nos quedamos con la inocencia, la poesía adolescente, el sonido limpio, suave, enfrentado al concepto psicodélico y dibujaba perfectamente esa fugaz ilusión que constituye la adolescencia... enjoy