Título original: A slight trick of the mind
Páginas: 282
Editorial: Roca Editorial / PRH
Estamos en 1947. Sherlock Holmes se retiró de su labor como investigador hace ya mucho tiempo y ahora es un anciano de noventa y tres años. Vive en una granja remota, en Sussex, con su ama de llaves y el joven hijo de ésta. Cada día atiende a sus abejas, escribe en su diario y se da cuenta de que va perdiendo facultades. Aunque siguen proponiéndole que investigue algunos extraños casos, él está tan alejado de esa vida que no quiere ni escucharlos. Se ha convertido en un hombre gruñón y encerrado en los recuerdos.
A través de esos recuerdos llega a un momento de su vida en que tiene que plantearse preguntas que, tal vez, ni él mismo sabía que tenía que resolver, y reflexionará sobre la vida, el amor, los límites de las habilidades mentales y sobre la muerte: la suya propia y la de aquellos que le rodean.
Lejos del 221 B de Baker Street, Sherlock pasa sus días cuidando de sus abejas con la ayuda ocasional de Roger, el hijo de su ama de llaves. Y también revisando su pila interminable de correo, mayormente de admiradores de su trabajo que han leído todas las historias escritas por John Watson.
Durante la historia podremos ver tres situaciones diferentes. Un viaje significativo a Japón, su último caso y su vida diaria como apicultor. La que más me gustaba leer, era su vida diaria, y un poquito de su viaje a Japón.
Tengo sentimientos muy muy encontrados con respecto a la historia. Sherlock Holmes tiene más de 90 años, está obsesionado con alargar su salud y vida con la jalea real de las abejas, además de que teme perder sus facultades mentales, porque si para cualquier persona estar lúcido es importante, para una persona con el intelecto de Sherlock Holmes, debe ser toda una tragedia olvidar. Y podemos ver a un Holmes en decadencia, que olvida cosas, camina lento y se desorienta fácilmente. Eso me gustó, porque hasta el grandísimo Sherlock Holmes al final es humano.
También podemos ver ese lado humano en él que en su juventud carecía. Su verdadero apego hacia las personas y las emociones que éstas le hacen sentir. Y cómo las emociones que no está acostumbrado a sentir lo confunden.
Mi grave error fue que vi la película de Ian McKellen antes de leer el libro, y aunque como toda adaptación tiene diferencias, la idea general es la misma, así que perdí todo el efecto sorpresa en el libro. Me esperaba todo, aunque estuviera ligeramente diferente. Y me gustó y no (como un 50/50) leer sabiendo qué iba a ocurrir. Tal vez me hubiera emocionado más de haber leído primero el libro. Porque en la película Ian muestra un lado aún más humano en Sherlock que me conmovió hasta la médula, cosa que el libro no logró del todo. No me hizo sentir tantas cosas, y como la película fue un remolino de emociones para mí, pues me decepcionó un poco que el libro no lo fuera.
En fin, no es un libro de misterio donde veremos a un Sherlock Holmes como lo conocemos, no, es un libro mucho más lento, al final trata sobre un anciano apicultor, así que ya se imaginarán. Lo recomiendo porque me gustó leerlo, pero no podría recalcar nada particular que lo haga más especial que otros libros. Es una lectura agradable, pero hasta ahí. Si ya lo leyeron me encantaría saber sus opiniones.
¿Lo han leído? ¿Les llama la atención?