Aunque solo me leí esta última del José Cela, uno de los autores referentes de nuestra literatura, voy a hacer una afirmación casi tajante: creo que, ante todo, este escritor se caracteriza por su atrevimiento, no solo por sus a veces polémicas declaraciones, sino también por lo que caracteriza su obra. Si ya en La familia de Pascual Duarte se nota a leguas este "descaro", en esta novela es también evidente, aunque con algunas diferencias.
Mrs. Caldwell habla con su hijo, además de ser una novela no tan conocida como las otras, nos habla de una historia mitad real y mitad ficticia. En ella, Mrs. Caldwell encarna la figura de la mujer destrozada por la pérdida de su hijo mediante un monólogo en segunda persona en el que iremos haciendo un recorrido por sus pensamientos, recuerdos, deseos y añoranzas, muchos de ellos perturbadores.
Si dije que Cela era atrevido también en su escritura, es porque en esta obra encontramos una relación madre-hijo que raya en lo enfermizo, en lo obsesivo. No estamos solamente ante un sentimiento de tristeza y desolación, sino ante la extraña incertidumbre de que detrás de este amor maternal tal vez se esconde algo más.
Es una pena porque hay frases muy buenas (vamos a ver, no estoy diciendo que sea un mal libro, ni mucho menos), pero la trama se ralentiza y se hace un tanto repetitiva a medida que pasan las páginas.
En resumen, pienso que en Mrs. Caldwell habla con su hijo vamos a descubrir a un Cela más intimista e introspectivo. Yo, personalmente, lo prefiero un pelín más sincero, más directo, un poco más él, vaya.
Y ahora que releo la reseña veo que más arriba hablo de que esta es una novela mitad real mitad ficticia, pero no he explicado por qué. Al parecer, el autor sacó esta historia de los manuscritos que le entregó Mrs. Caldwell personalmente en un viaje a la Alcarria.
No obstante, la línea entre lo que es verdad y lo que no es un tanto difusa, al igual que la sensación que me ha quedado tras leer esta obra.