Hoy se vota una declaración por el derecho a decidir que iniciaría el hipotético proceso de una consulta de autodeterminación de Catalunya. Al final, como temía, los políticos no han estado a la altura de llegar a un consenso que además condicione un acuerdo que permita que el debate vaya más allá de un simple “quedarte en España o pirarte”.
La clave de vuelta está en que la propuesta de ERC y CiU (a la que se ha sumado ICV, y más parcialmente CUP) no va a ser secundada por el PSC.
Hasta hace poco el PSC representaba ese punto intermedio desde el que construir consensos alrededor de un catalanismo integrador. Hoy lamentablemente ese papel se le ha ido diluyendo (en parte por la defenestración del mal llamado sector catalanista y por su debilitamiento electoral y social), pero aún así, como las viejas guardias pretorianas aún mantiene ese aura. Por otro lado el PSC no puede permitirse quedar alineado con el PP y C’s fuera de los consensos sociales que ha definido su acción política en el eje “nacional”, además que el propio PSC incluyó el derecho a decidir en su programa electoral, con lo cuál tiene altos riesgos, tanto si entra como si queda fuera de la propuesta.
A pesar de ello, al parecer para los soberanistas les iría bien que el PSC secundara la propuesta, y el PSC no puede ponérselo muy difícil para que sea excluido y que parezca que ha abandonado su postura de centralidad en el catalanismo político.
¿Porqué a todo esto tanto el PSC como los impulsores CiU-ERC que tienen intereses en que la propuesta sea consensuada no lleguen a un acuerdo?
Veamos las 2 principales enmiendas del PSC al texto que proponen CiU y ERC.
1. El poble de Catalunya té, per raons de legitimitat democràtica, caràcter de subjecte polític i podrà exercir el seu dret a decidir de forma acordada entre els governs català i espanyol, a través d’un referèndum, en el marc de la legalitat, en el qual es plantegi una pregunta clara a la qual s’hagi de respondre de forma inequívoca.
2. El procés de l’exercici del dret a decidir serà, en el seu cas, escrupolosament democràtic, garantint la pluralitat d’opcions i el respecte a totes elles, en especial per part de les institucions i els mitjans de comunicació públics, a través de la deliberació i diàleg en el si de la societat catalana, amb l’objectiu que el pronunciament que en resulti sigui l’expressió majoritària de la voluntat popular.
La discrepancia, por las declaraciones de uno y otros parece que radican en la primera de las dos. Podemos ver disquisiciones de filosofía jurídica que llevan al PSC a hacer un planteamiento como este, pero no deja de ser un hombre de paja.
La propuesta de CiU-ERC hacen referencia a la legalidad, la del PSC también, unos asumen que la consulta será legal porqué así emana del Parlament, otros que se llegará a un pacto con España para que la consulta sea legal.
En ambos casos están mintiendo. Lo que define la legalidad no es una disquisición de opiniones, hay un marco legal existente, Constitución Española que dice que la soberanía reside en el pueblo español no en los cuerpos sociales que lo puedan conformar, y no establece mecanismos de ningún tipo para poder segregarse una parte a menos que el resto de españoles voten una reforma de la constitución que así lo establezca… ergo, legalmente solo se podría hacer un referéndum legal si antes hay una reforma de la constitución. Ahí el PSC tiene razón. Por otro lado desde el PSC se vende una quimera de reforma constitucional ante un PP que ha dejado claro que va a impedir por todo lo posible la consulta y que no está por la labor de negociar este tipo de cosas y con un PSOE que deja claro que no cree en el derecho a decidir.
Ambas posturas son mentirosas y falsarias. Si se hace una consulta esta se hará fuera del marco legal, sino rompiéndolo directamente. Por tanto estaremos hablando de una consulta que tendrá validez política pero no jurídica, legal o estatutaria de ningún tipo. Que no es poco… ya que las consecuencias políticas podría ser el inicio de un proceso de segregación unilateral rompiendo precisamente esa legalidad.
Pensamiento táctico cortoplacista.
Por tanto el debate en el que están inmiscuidos ambas partes es falso. Pero en ambos casos es tácticamente favorable a los intereses de CiU y del PSC a corto plazo.
El PSC realmente no quiere meterse en el lío de tener que lidiar con su socio de Madrid en una ruptura de relaciones serias por el tema del posicionamiento en una consulta de autodeterminación, por otro lado teme que una apuesta clara por la consulta le ceda más espacio al ya muy crecido Ciutadans. Con lo cuál ha propuesto una enmienda que sabe que no podrá ser aceptada para así ser ellos los expulsados, no los que abandonan la consulta. El relato será, “nos han expulsado del proceso” con lo cuál por un lado les evita problemas con sus socios y con su electorado más españolista, y por otro aún pueden lavar algo la cara en su electorado catalanista e intentar construir una imagen de ser el punto intermedio de la política catalana en sectores centrales. Que colaría si no fuera que Navarro ha quemado la poca credibilidad que tenía el federalismo en todo este proceso, pero como táctica no está mal.
Por otro lado CiU está ahora en la apuesta soberanista, necesita a ERC a su lado, y el relato épico-político de Artur Mas es el del Lincoln catalán, el héroe político que llevará la nación a su destino épico. Con lo cuál no puede permitirse a corto rebajar la consulta con un PSC que es tibiamente federalista en el mejor de los casos. Además el PSC ahora mismo a corto aporta más problemas que valor. No puede permitirse entre los impulsores de la consulta un partido que estará titubeando constantemente.
Sin estrategia a largo plazo
Pero a pesar de todo esto, a los actores les falta visión estratégica clara. Realmente el punto que más tendría que importarle al PSC es la segunda propuesta, que podrían aprovechar para colocar la piedra que podría desmantelar el proceso entero y reforzar la postura del PSC y ayudarle a recuperar la centralidad política. CiU y ERC no pueden negar la segunda enmienda de una forma clara… y tendrían que aceptarla, a partir de ahí colar una tercera opción en la consulta sería fácil, y si los del PSC no hacen el zarpas les sería fácil que la opción federalista de la consulta arrastrara muchos votos (todo el voto del miedo a “no quiero irme pero no ser como el PP”, que no es poco), más seguramente que los que el PSC consiguió en las últimas elecciones, lo cuál daría cierta legitimidad, coherencia y relato al discurso del PSC. A parte de darle un alivio a muchos ciudadanos que lo que no quieren es una fractura social, o votar entre dos opciones que no le atraen nada (irse o quedarse en las actuales condiciones y darle la razón a la caverna mediática).
Por otro lado CiU especialmente no está siendo estratégica. El proceso soberanista está socavando su base electoral. CiU tiene un alma soberanista, pero también otra de “negocis” mucho menos aventurera. Las defecciones a las que nos acostumbra Unió Democràtica responden en parte a ese miedo. Por otro lado, Catalunya es mayoritariamente progresista, hasta el punto que CiU ha de disfrazarse de socialdemócrata en muchos sitios para poder ganar electoralmente. Si ERC gana más fuerza y protagonismo y se hace central puede transformarse en el principal partido del nacionalismo/soberanismo (permitid que mezcle ambos términos aunque se que no lo son) a costa de CiU. A Artur Mas le interesa aguar a largo plazo el proceso de la consulta pero que no sea él el que lo haga, por eso necesita un tipo malo a su lado al que echarle las culpas. Entre sus actuales socios de viaje en la consulta, ERC, CUP o ICV poco puede echarles en cara ya que los “tibios” es la propia CiU. Por tanto cuando se trate de rebajar la propuesta, atrasarla o dejarla en vías muertas y en conflictos en los que no se moverá bien electoralmente, CiU va a tener que hacerlo ella misma. Por eso los dirigentes de UDC han estado apretando para que el PSC entrara… Duran Lleida no quiere ser el artífice de que la consulta quede rebajada, quiere que lo haga Navarro.
¿Qué haría si fuera Navarro?
Retiraría la primera parte y dejaría de debates filosofico-jurídicos, si apuestas por el derecho a decidir es que estás dispuesto a que el cuerpo social que tiene legitimidad política es el catalán, no el español, si este así lo decide. La legalidad es una herramienta que ha de estar al servicio de la legitimidad social, no al revés. Y si no lo crees y crees que el cuerpo social que tiene esa legitimidad es el español pues no apuestas por ello. Por tanto, he de suponer que Navarro y la dirección del PSC sabe lo que dice cuando pusieron en el programa que apostaban por el derecho a decidir. Por tanto entraría a defender el segundo punto de la enmienda y colaría el gol del federalismo, la famosa opción “C” que Trias coló en la consulta de la Diagonal y que permitió reventarla por dentro.
¿Qué haría si fuera Artur Mas?
Sentarme con Navarro y explicarle el punto de arriba, permitir que entren de todas, todas, forzar el abrazo del oso y tener la carta del PSC dentro para poder aguar el proceso si es necesario. Ser el peso central entre una ERC sin dudas internas y un PSC que no es independentista permitiría dirigir el proceso por donde más me conveniera. Además si el PSC es tan tarugo que lo que hace es forzarme el debate en el ámbito filosófico jurídico, le daría una vuelta de tuerca, retorcería el texto de una forma ambigua para que nadie pueda decir que “no lo puedo firmar” y quedarme como intérprete de esa ambigüedad, así además hago entrar al PSC sin que me ponga de condición una opción “C” y el posible hackeo de la consulta no queda en sus manos, sino en las mías.
¿Qué haría si fuera Junqueras?
Exactamente lo que hace… el PSC quedándose fuera por una cuestión de formas me permite recolectar los restos del ala catalanista que le quede al PSC.. la poca credibilidad de la dirección del PSC hará que su postura se la crean cuatro, a pesar que hay puntos en los que tienen claramente razón. Eso me dará más espectativas electorales y posibilidades de penetración social. Además me permite llevar la consulta en el punto que quiero: indepedentismo vs. caverna mediática. Puede ser muy divertido ver como CiU ha de entrar al juego de ser tan independentista como ERC o jugar con el PSC via UDC para intentar llevar el “seny”. Además con la capacidad de ejercer de partido central de la política catalana, condicionando el gobierno y trabajando cuando deseo desde la oposición. La postura de Junqueras es todo lo cómoda que Artur Mas y Navarro se lo han permitido y la fobia de ICV a perder votos vía CUP le hace abandonar el centro-izquierda para lanzarse en una competencia por el voto gafapasta y alternativo.
Política ficción, los escenarios futuros
A todo esto, las consecuencias pueden ser divertidas… si no fuera por lo dramático de las circunstancias políticas. Podríamos hablar para las elecciones autonómicas del 2014 o 2015 de una ruptura de CiU (que ya se escenifica en cañonazos entre CDC y UDC), o como mínimo una fuga de militantes y votantes hacia otras opciones (a un PP que se ponga en plan tranquilo sin muchos exabruptos y no descarto a Ciutadans que quede como un partido central para algunos sectores o incluso a los restos del PSC), de una ERC que se transforme en el partido central de la izquierda por un lado y el partido central del soberanismo por el otro (ante un CiU debilitado) que pueda integrar restos de gente del PSC, de una ICV que absorva a sectores del PSC, mientras una CUP que va a ir creciendo a ojos vista.
Por otro lado la gran incógnita podrá ser el PSC, que le puede pasar de todo… desde que deje de existir, a que se divida en tres o cuatro grupúsculos que se integren en otros proyectos (al estilo de un Esquerra Catalana de Ernest Maragall que se termine integrando en ERC o ICV), que se produzca una fractura clara y una refundación y reaparezca la federación catalana del PSOE, o que el PSOE sea más listo que todo y termine desechando la herramienta catalana y fiche a Ciutadans como su marca blanca al estilo UPN y PP.
A todo esto, habremos hecho una consulta, si es que al final hemos podido, Catalunya seguirá siendo parte de España en el 2014 y no se habrá avanzado nada institucionalmente, más de un político de España y Catalunya habrá hecho un ridículo espantoso, y es posible que lo que se definía como “el problema catalán” esté más abierto que nunca.
A todo esto, lo de la consulta creo que es una idea positiva si los actores políticos tuvieran pensamiento estratégico, si se dimensionara lo que se está haciendo (una consulta, no un referéndum) permitiría clarificar posturas, ayudar a aclarar a los partidos políticos el apoyo real que tienen entre los catalanes las diversas posturas. Pero para ello las cosas esta mañana tendrían que haber ido de otra manera y los impulsores de la consulta y los dirigentes del PSC tendrían que haber tenido un pensamiento estratégico, no solo por los llamados “intereses de país” sino por los propios intereses de su partido.
Comparteix/Comparte