"Muchachas I", de Katherine Pancol: una oportunidad perdida para hablar sobre la violencia doméstica

Publicado el 07 noviembre 2014 por Lidiacasado


Título: Muchachas
Autora: Katherine Pancol
Editorial: La esfera de los libros
Género: novela contemporánea
Páginas: 416
Publicación: 26/8/2014
ISBN: 9788490601716

  Esta novela está llena de chicas. Ellas llevan la batuta. De Nueva York a París, de la Borgoña a Londres o a Miami. Chicas que inventan, se encienden, aman. ¿Y los hombres? Ellos también están. Pero son las muchachas las que bailan, bailan, bailan. Ellas hacen volar su destino esplendoroso. ¡Y esto solo acaba de empezar!
  Definitivamente, Katherine Pancol y yo no congeniamos. Después de mi experiencia (más bien tibia) con Los ojos amarillos de los cocodrilos decidí darle una segunda oportunidad cuando vi que publicaba nuevo libro... pero me he equivocado. No conecto con ella. Ni con su manera de concebir la literatura ni, sobre todo, con sus modelos de mujer. Y me explico.
   Digo que no comparto su manera de concebir la literatura porque durante buena parte de la novela me he sentido estafada. Nada más empezar, me he sentido engañada porque el optimismo de la portada y de la sinopsis no concuerda para nada con el contenido del libro. Sé que no se puede (ni se debe) juzgar un libro por aspectos tan superficiales como la portada o la sinopsis, pero son su carta de presentación y, como tal, crean una serie de expectativas en el lector que no se pueden obviar. Quiero creer que ese optimismo tendrá que ver con la trilogía al completo y no con este primer volumen, pero eso no me resta malestar: no creo que sea lo más acertado elaborar una sinopsis tan vaga como esta para vender una trilogía (y no estoy diciendo que, en este caso, la responsabilidad recaiga en la escritora, pero no puedo dejar de hablar de las sensaciones que me ha causado la novela en su conjunto).
   Sí es más responsable (y sí está más relacionado con la manera de concebir la literatura que tiene Pancol, o que parece tener, a juzgar por lo que practica en sus novelas) del hecho de que durante buena parte de la obra me haya sentido como si me estuvieran bombardeando continuamente con cuñas publicitarias de "visite nuestro bar", en este caso: "compre y lea mis libros anteriores". La autora explica en el epílogo final que cuando empezó a escribir esta novela los personajes de su anterior trilogía regresaron a ella y que por eso los incluyó. Bueno, vale... me lo puedo creer. Pero no sé, me rechina. Además, creo que hay formas mucho más elegantes de integrarlos, sin necesidad de hacer continuas referencias al volumen en el que se encuentra explicado con detalle aquello que aquí se cita de pasada. Eso es lo que me ha hecho pensar continuamente en "cuña publicitaria", "cuña publicitaria"... "otra cuña publicitaria".
   Otros muchos autores utilizan personajes de libros anteriores en sus novelas más recientes pero no están constantemente diciendo en qué obra (solo le falta poner el precio al lado). Galdós ya lo hizo en su momento, creando todo un universo de personajes que van y vienen, que aparecen y desaparecen en una obra o en otra. Y me parece muy divertido ir siguiéndoles la pista de novela en novela. Es verdad que, al menos en algunas de las obras que yo he leído, sí aparecen notas al pie en las que se citan las novelas en las que aparecieron con anterioridad (o, al menos, las he visto en alguna ocasión) pero el comentario se debe al editor y no al autor. También Almudena Grandes utiliza, en sus Episodios de una Guerra Interminable, este mismo recurso pero en ninguna de sus novelas he visto que una nota en la que dijera (esta Inés es la de Inés y la alegría). A buen lector, pocas palabras bastan. Y me parece una actitud que, por una parte, valora la inteligencia del lector (sobre todo del seguidor fiel de la autora) y, por otro, se ahorra el continuo reclamo publicitario que, como digo, me ha parecido lo que se hace en este libro. Vuelvo a decir lo mismo: ignoro si esto tiene que ver con la autora o con la edición, pero el hecho de que incluya una explicación en el epílogo me hace pensar que sí es responsabilidad de la autora (y si no lo es, ¡menuda imagen me estoy haciendo de ella!). En cualquier caso, el hecho de retomar personajes de una trilogía de éxito para una nueva trilogía (de tres en tres y tiro porque me toca) me parece querer seguir explotando la gallina de los huevos de oro y eso sí que es pura y dura decisión de la escritora.
   Por si fuera poco, me ha dado la impresión de que los personajes no han evolucionado desde la anterior trilogía. Solo leí Los ojos amarillos de los cocodrilos pero sí me pareció advertir una cierta evolución que, supuse, se completaría en los otros dos. Pero me encuentro en Muchachas con una Joséphine que vuelve a ser tan poca cosa como era en los cocodrilos, con una Hortense que tampoco parece haber cambiado demasiado y (fíjate tú por dónde) una Zoé que sí ha cambiado... pero para mal (desde mi punto de vista, por supuesto).
   Por eso también decía al comienzo que no coincido con el modelo de mujer que nos presenta Pancol (una y otra vez, añado): todas sus mujeres son inseguras (y, visto lo que ocurre a Joséphine, no ganan en confianza, según parece), dependientes, tienden a dejarse pisotear y a humillarse (generalmente) por un hombre. No es el caso de Hortense, pero tampoco me parece que su evolución sea muy favorable (tal y como yo entiendo que sería favorable): antes era una mujer que utiliza a los hombres (cosa que no me gustaba para nada) y ahora es una mujer que se siente insegura a causa de su pareja. Que no, que no... que no me convence.
   Solo una mujer es capaz de salvar tanto sentimiento negativo como el que me ha despertado esta novela (y por ella y por su historia le pongo tres mariposas a la obra): Stella. Por lo menos en este primer volumen me parece un personaje coherente, que tiene unas terribles taras personales debido a su pasado pero que ha sabido (al menos de momento) plantarle cara a la vida y burlar a su verdugo. Cosa que no hace su madre (insisto, de momento). Stella es, para mí, el gran personaje de esta novela y el que nos cuenta la única historia que (vuelvo a matizar: para mí) vale la pena, la única que realmente me ha interesado. 
   Y ya no sé si las sensaciones generales que me ha ido produciendo la novela ha hecho que el final también me haya parecido tramposo o si realmente es así pero el caso es que me ha fastidiado muchísimo que la cosa se ponga interesante al final. Sí, háblame de cliffhangers, de cebos y de todo lo que quieras... pero teniendo en cuenta todo lo que he dicho hasta el momento, a mí solo me ha sonado a "compra mi próximo libro y sabrás más".
   En fin, que me he quedado muy decepcionada con la primera parte de Muchachas. Obviamente, esta es mi impresión personal personalísima, fruto de mis expectativas, de mi bagaje literario y de mis inclinaciones feministas... pero he leído reseñas que coinciden conmigo al menos en algunas de mis impresiones. En definitiva, si la novela constara solo de la última mitad de la obra otro gallo me hubiera cantado.
   Nos seguimos leyendo.
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