Mud (2012). Sobre el desencanto de crecer

Mud, del director Jeff Nichols (Take Shelter) es, sin ir mas lejos, una compleja visión del mundo adulto a través de los ojos de un par de amigos, uno huérfano que vive con su tío, y otro cuyos padres están divorciados, que conocen a un fugitivo, Mud (Matthew McConaughey), que quiere reunirse con su amor y escapar de la policía. Es así que, entre los tres, consiguen reparar un barco para la pareja, atravesando situaciones extrañas e incómodas.
¿Alguna vez, en su adolescencia, se enfrentaban a ese dilema, cuando iban a una fiesta, sobre sentarse en la mesa de los niños o en la mesa de los adultos? Ellis, se enfrenta al divorcio de sus padres, mientras ve el amor de diferentes perspectivas: el eterno e incondicional de Mud, el problemático de sus padres y el idealizado que él mismo siente por una chica mayor. De igual manera, Neckbone, su amigo, que está bajo la custodia de su tío, descubre el mundo de una manera más grotesca, sin nadie que lo guíe de verdad. En el proceso, entre los tres, descubrirán el valor de una amistad.
Mud no es mala. Es una pelìcula bastante interesante, un ejercicio actoral de McConaughey muy interesante que demuestra que su regreso a los reflectores va por buen camino y que no tardaremos en verlo nominado al oscar una vez más. El problema con Mud es, que la temática de crecer, del amor adolescente y el amor real, de las amistades verdaderas y de la decepción al darse cuenta de la enorme diferencia entre la vida adulta y la vida de niños, es un tema muy recurrente en muchísimas películas, en donde sin duda, se ha
manejado el tema de una mejor manera que lo hace Jeff Nichols. Después de la polémica Take Shelter, uno esperaría un filme con un tema difícil y tan bien tratado como un apocalipsis familiar, aquí el apocalipsis es más bien personal, con tres puntos de vista diferente, pero que al fin y al cabo es el mismo tema.
Mud es un filme recomendable con reservas. Buena, pero hay cosas mejores.
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