Mudando la piel

Por Peineta

Llevo casi dos semanas buscando un hueco tranquilo para ponerme delante del teclado y escribiros un texto íntimo y sincero, pero la intimidad cuando eres madre la pierdes hasta en el baño. Así que aquí estoy aislada con casco para oír música y no los gritos que hay en el salón de mi casa. Estoy oyendo a Ismael Serrano, es un vicio que adquirí en mis años universitarios y porque desde hace unas semanas la frase que más me repito es "La de debajo de los adoquines hay arena de playa" y porque "planeo una huida a Marte, porque últimamente ando algo perdida " pero "han de venir tiempos mejores"...pues eso este hombre me inspira mucho.
Por naturaleza no soy una tía nada positiva y creerme el drama es parte de mi personalidad, el hecho de adelantar las cosas sin que hayan sucedido o ver el vaso siempre medio vacío. Pues conticoneso esta vez he decido afrontar mi último drama como una oportunidad única, como un soplo de aire de fresco y una ocasión única para volver a soñar. Es otoño y me parece una ocasión única para mudar la piel, dejar la vieja con todos sus achaques y crear una nueva llena de ilusión y energía, con poros ansiosos de recibir aire fresco y renovado. Soñar es algo que debería ser obligatorio como el comer y el dormir, y yo quiero hacerlo. Pensar que hay algo mejor que me espera, que estos 14 años de mi vida han sido una etapa necesaria para saber que no quiero y lo importante que es sobrevivir económicamente pero la tensión personal que puede llegar a crear. Que la maternidad no es un plus para la mayoría de los empresarios de este país, pero que no van a conseguir que por eso dejemos de luchar por ellos y por un futuro igualitario para ellos. Y que es mejor darles una vida económicamente raspada pero anímicamente feliz y compartida que una llena de facilidades pero con momentos poco compartidos.

Me paso los días intentado de disfrutar de esas cosas que no le he dado valor antes o que simplemente llenan el alma pero no la cuenta bancaria 😉 Llevar a los peques al cole, desayunar de vez en cuando en una terraza, poder tender la ropa a pleno sol y mirarlo tranquilamente 5 minutos, desmontar la casa y redescubrir esas fotos, regalos y cosas que ya no sabías ni donde estaban. Ir al supermercado a esas horas donde no hay aglomeraciones, poder ir a todos esos sitios que siempre decías no. Pues esas son las cosas en las que piensas cuando te entra el canguele del dinero, el canguele de la incertidumbre del futuro, de los días grises donde echas de menos algunas cosas de la rutina antigua, donde la casa se te cae encima o la niña con todas sus rabietas, pero los días se acaban y los malos pensamientos también. Quiero pensar que esta nueva etapa no va ser algo sencillo, pero tampoco imposible y que voy a intentar que los cambios positivos lleguen y si no es así ,como bien dicen mis padres no se te caen los anillos por nada y se hará lo que haga falta para que la casa siga funcionando y aparcaré los sueños para otro momento.


Por supuesto una vez más te emocionas y agradeces tener amigos de verdad, de esos que escuchan, ayudan comparte y te dan ánimos. De tener unos padres que te apoyan sea cual sea la decisión y de gente que no conoces de mucho pero que simplemente te llenan de ánimos. Gracias a todos por la paciencia, los wassap, los consejos y las ideas, y de paso si alguien lee esto y cree que tiene curro para mí que me escriba, porque señores soy una más en la empresa empleadora mayor de España, el INEM. El paro es ese sitio donde espero que mandemos a todo el gobierno de este país el 20 de diciembre, porque os digo algo, la situación laboral de este país parece un chiste y si seguimos así va a parecer una broma macabra (o metía mi cuña política o moría, ya me conocéis).
Pues lo dicho, llega otoño y con él se caen las hojas, se mudan las pieles y es tiempo de soñar , bueno vale y de hacer números también 😉