«No quiero morir antes de la Eurocopa. Me gustaría conocer a los jugadores de España, sobre todo a Íker Casillas», explicaba en el diario Polska The Times poco antes del inicio de la competición. «Si llega a cumplirse este sueño, lo único que me queda por hacer es encontrarme con Dios». Dawid vivía precisamente en Gdansk, donde España jugó la primera fase, con su madre, Sylvia, y su hermana mayor. Su habitación, empapelada con pósters de estrellas del fútbol, en especial del Real Madrid, era su pequeño mundo. Postrado en la cama, dormía conectado a una bombona de oxígeno.
Su interés por el fútbol comenzó hace cinco años, cuando los socios del Lechia Gdansk le costearon un viaje a Legoland a través de una fundación de ayuda a niños enfermos. Se hizo hincha del equipo de su ciudad, y también del Real Madrid; viajó a la capital de España y tuvo un encuentro con algunos de los jugadores blancos, como Cristiano Ronaldo, aunque no pudo estar presente el más importante para Dawid, Íker Casillas. Por suerte cumplió su sueño en Gdansk y celebró como un hincha más el triunfo de los hombres de Del Bosque en la Eurocopa. TARINGA.