www.eldiariomomtanes.esEl pintor cántabro Senén Ubiña, nacido en Santander en el año 1923, falleció en Nueva York, donde residía desde 1955, cuando protagonizó la primera de una larga y exitosa lista de exposiciones. Nacido en Cantabria, Senén Ubiña y su familia se trasladó a Barcelona siendo un niño, tras la muerte de su padre durante la Guerra Civil, para terminar viviendo en París. En ese periplo geográfico su obra avanzó desde el dibujo figurativo iniciático hacia un lenguaje visual mucho más elaborado, abstracto y de autor que le acabó abriendo las puertas de los principales museos del mundo y terminó ganándose un hueco en las principales colecciones permanentes de arte. Alguno de los hitos más destacados en su carrera como artista incluyen la medalla de oro de la Bienal de Alejandría de 1984, así como la inclusión en importantes colecciones como la del Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de Madrid, el Reina Sofía o el Museo de Arte de Houston, así como varias exposiciones internacionales como al Biennale de Venecia. Su obra se inscribe en una abstracción que evolucionó desde una consideración informalista hacia una contemplación de impacto lírico que desarrolló en su taller en el West Side neoyorkino. Vínculos con la región En cuanto sus vínculos con Santander los mantuvo intactos con el paso del tiempo y varias iniciativas así lo atestiguan. Suyo es el cartel que ilustró la 55 edición del Festival Internacional de Santander; además, una de sus obras formó parte de la Carpeta Gráfica dedicada a Ataúlfo Argenta en 2008, la iniciativa que impulsaron conjuntamente José María Wamba y Santiago Casar con motivo del 50 aniversario del fallecimiento del músico cántabro.
www.eldiariomomtanes.esEl pintor cántabro Senén Ubiña, nacido en Santander en el año 1923, falleció en Nueva York, donde residía desde 1955, cuando protagonizó la primera de una larga y exitosa lista de exposiciones. Nacido en Cantabria, Senén Ubiña y su familia se trasladó a Barcelona siendo un niño, tras la muerte de su padre durante la Guerra Civil, para terminar viviendo en París. En ese periplo geográfico su obra avanzó desde el dibujo figurativo iniciático hacia un lenguaje visual mucho más elaborado, abstracto y de autor que le acabó abriendo las puertas de los principales museos del mundo y terminó ganándose un hueco en las principales colecciones permanentes de arte. Alguno de los hitos más destacados en su carrera como artista incluyen la medalla de oro de la Bienal de Alejandría de 1984, así como la inclusión en importantes colecciones como la del Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de Madrid, el Reina Sofía o el Museo de Arte de Houston, así como varias exposiciones internacionales como al Biennale de Venecia. Su obra se inscribe en una abstracción que evolucionó desde una consideración informalista hacia una contemplación de impacto lírico que desarrolló en su taller en el West Side neoyorkino. Vínculos con la región En cuanto sus vínculos con Santander los mantuvo intactos con el paso del tiempo y varias iniciativas así lo atestiguan. Suyo es el cartel que ilustró la 55 edición del Festival Internacional de Santander; además, una de sus obras formó parte de la Carpeta Gráfica dedicada a Ataúlfo Argenta en 2008, la iniciativa que impulsaron conjuntamente José María Wamba y Santiago Casar con motivo del 50 aniversario del fallecimiento del músico cántabro.