Para esos niños que crecimos con El Conciertazo y que más tarde, de mayores, entendimos la labor que hacía su presentador por divulgar la música clásica y acercarla a pequeños y grandes, la muerte de Fernando Argenta ha sido una de esas que impactan y no se esperan. Ayer seguro que llegó al cielo para llenarlo de música. Un grande entre los grandes, sin duda, que desarrolló una estupenda labor en vida y que, como pasa con todos los que así lo hacen, nos deja con la sensación de haberse marchado demasiado pronto.