Hace unos días moría la astronauta estadounidense Sally Ride. Pero hacía 30 años que había entrado de lleno en la historia al convertirse en la primera mujer americana en viajar al espacio y la tercera en todo el mundo. Sally dedicó su vida a la ciencia y tras dejar la NASA trabajó de manera incansable para divulgar sus conocimientos científicos y animar a los jóvenes, sobretodo a las chicas, para que se acercaran al mundo de la aviación espacial.
Científica gracias al tenis Sally Kristen Ride nació en Encino, Los Ángeles, el 26 de mayo de 1951. Era hija de Carlo Joyce Anderson y Dale Burdell Ride, una familia de origen noruego. Sally estudió como cualquier otra chica de su edad en el Valle de San Fernando. Además de su temprana pasión por la ciencia, Sally destacó desde pequeña por su afición al tenis, deporte que le hizo conseguir una beca para estudiar secundaria.
Sus estudios universitarios fueron excepcionales. En Swarthmore College se graduó en inglés y en la Universidad de Stanford en física. Ahí no terminaron los estudios de Sally, pues siguió cursando distintos másters en física y se introdujo en la investigación en astrofísica.
Sally formó parte de la misión STS – 7 del transbordador espacial Challenger como una de sus tripulantes. Un año después realizaba su segundo vuelo espacial llegando a estar más de 343 horas en el espacio.
Un anuncio que cambiaría su vida Sally era una jovencita de poco más de 25 años con un currículum académico brillante a sus espaldas cuando se topó con la oportunidad de su vida. La NASA había publicado un anuncio en un periódico demandando personas para su programa espacial. Sally se apuntó a dicho anuncio junto con casi 9000 candidatos. Ella fue una de las elegidas. Así, en 1978, Sally ingresaba en la NASA e iniciaba una exitosa carrera en el mundo de la aviación espacial.
Después de trabajar como comunicadora de cabina en distintos vuelos del programa del transbordador espacial, Sally consiguió por fin viajar al espacio. Era el 18 de junio de 1983, momento en el que se convertía en la primera mujer norteamericana en conseguirlo. Antes que ella, dos mujeres soviéticas, Valentina Tereshkova (1963) y Svetlana Savitskaja (1982) habían abierto camino a las mujeres en la carrera espacial. Por aquel entonces ya se había casado con Steve Hawley, un astronauta de la NASA con el que mantendría un corto matrimonio de poco más de 5 años. Se divorció en 1987.
De vuelta a la Tierra Sally no volvería a viajar al espacio. Un año después del accidente del Challenger inició su etapa profesional dedicada básicamente a la investigación y la docencia. Sally entró a formar parte del Centro Internacional para la Seguridad y el Control de Armamentos de la Universidad de Stanford mientras daba clases de física en la Universidad de California. Sally fue también directora del Instituto Espacial de California.
En su faceta como docente, Sally se dedicó a motivar a los jóvenes, sobre todo a las chicas, para que se dedicaran al estudio de las ciencias. Para ello, además de dar clases, realizó varios libros didácticos relacionados con el espacio. En 2001 se creó la compañía Sally Ride Science dedicada a la divulgación de la aeronáutica. El pasado 23 de julio un cáncer terminaba con su vida a los 61 años. Desde La Jolla, su residencia de San Diego, Sally Ride realizaba su último y definitivo viaje a las estrellas.
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Sally Ride Science