En la investigación se han hallado restos de semen que, según las pruebas de ADN, pertenecen a su vecino, que está casado y es padre de dos hijos. El hombre, un electricista, ha sido detenido.
La entrada de la casa no tiene señales de que fuera forzada y tampoco hay constancia de objetos robados. Los primeros indicios apuntan a que el juego sexual con el vibrador causó graves heridas en los genitales de la mujer y que su muerte fue un trágico accidente. Sin embargo, la Policía portuguesa analiza todos los datos por si pudiera tratarse de un caso de asesinato, según Jornal de Noticias.
"La encontré con dos pequeñas contusiones en la cara y restos de sangre en las sábanas, y también tenía la foto de su difunto marido sobre el pecho", ha dicho una vecina al diario Mirror. Otra ha descrito a la víctima, que vivía sola, como una persona "muy activa" a pesar de su edad y que varios hombres solían rondar su casa para hacer trabajos ocasionales.
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