Muerte celular

Publicado el 29 noviembre 2012 por Francescbon @francescbon

Deadmau5: insoportable

Es difícil enfocarse en una escena que ha acabado generando monstruos a medida. Si me dicen en el año 1998, o en el 2000, que porque DJ's como Paul Oakenfold, Sasha o Danny Tenaglia, o mis reverenciadísimos Deep Dish empezaran a toquetear filtros y crossfader, a probar colocando algo de dub, a experimentar con pistas no estrictamente instrumentales, llegaríamos al extremo actual, no lo hubiera creído. Puede que hasta hubiera acusado de malintencionado a quien lo hubiera ni insinuado. Pero ésta, y empiezo a saber ya demasiado de qué hablo, es la situación actual. La escena electrónica se ha convertido en un campo de batalla con dos bandos de expertos francotiradores. Los de escuela experimental, ávidos tanto de crear constantemente y de improvisar fusiones de estilos a veces tan antagónicos que la cosa acaba resultando algo grotesca (Four tet, el tipo que una vez se llamó Manitoba, Flying Lotus, más el espíritu de Richard D. James, el de Squarepusher o el de cualquiera que hiciera techno de laptop hace más de diez años) contra la turba hortera y horterizante que ha tomado cabinas, discográficas, emisoras, promotores de conciertos y de festivales, que se ha adueñado hasta la saturación ya no sólo del sonido sino del espíritu festivo. El demonio absoluto es David Ghetta, aunque otros como Deadmau5 o Martin Solveig no deben ser para nada tomados por enemigos pequeños. Son ellos los culpables del adocenamiento, la banalización, ellos son responsables de que todo acabe pareciendo igual, bombo, caja 4x4, filtro aquí, estúpidas voces con estúpidas proclamas allá. Este feat. el otro y Zutano feat. Mengano. Muerte, muerte a todos ellos.