Muerte de Severus, tiranía de Caracalla, usurpación de Marcinus. Parte I, Edward Gibbon

Por Jossorio

El ascenso a la grandeza, no obstante empinado y peligroso, puede entretener a un espíritu activo con la conciencia y el ejercicio de sus propios poderes: pero la posesión de un trono nunca podría permitirse una satisfacción duradera a una mente ambiciosa. Esta triste verdad fue sentida y reconocida por Severus. La fortuna y el mérito lo habían elevado, desde una posición humilde, al primer lugar entre la humanidad. "Había sido todo", como dijo él mismo, "y todo tenía poco valor". 1 Distraído con el cuidado, no de adquirir, sino de preservar un imperio, oprimido por la edad y las enfermedades, descuidado de la fama, 2 y saciado con poder, todas sus perspectivas de vida estaban cerradas. El deseo de perpetuar la grandeza de su familia era el único deseo que quedaba de su ambición y ternura paterna.
LEER MÁS »