Muerte de un forajido

Por Cayetano

3 de abril de 1882: en Estados Unidos, tras dieciséis años de persecución, es asesinado Jesse James, seguramente el bandido más famoso del Oeste. Un miembro de su propia banda lo traicionó y lo liquidó de un tiro por la espalda. El cobro de una recompensa andaba por medio. Contaba tan solo 34 años de edad.  Nacido en el estado de Missouri, tuvo una vida ajetreada.  Huérfano de padre a temprana edad, hubo de ingeniárselas para sobrevivir en un mundo duro y despiadado.  Durante la guerra civil norteamericana, se unió a la guerrilla sudista. Tras la derrota, volvió a retomar las armas, pero en esta ocasión para hacer la guerra por su cuenta, formando con su hermano Frank y otros tres una banda que enseguida alcanzó notoriedad por sus hazañas arriesgadas.  Desde el principio, Jesse James asumió el papel de líder del grupo. Su fama se extendió por todos los Estados Unidos.  Jesse James, toda una figura legendaria del viejo oeste, pasará a engrosar la lista variopinta y heterogénea de bandidos, forajidos y gente al margen de la ley, donde conviven pistoleros con bandoleros, revolucionarios y piratas. "Rebeldes primitivos" los llamaría Hobsbawm, a mitad de camino entre los delincuentes románticos y el bandolerismo autista y sin escrúpulos que actúa en provecho propio, siempre carne de horca o de cañón. 

Jesse James representa en la historia de la delincuencia norteamericana lo que Luis Candelas o José María El Tempranillo significan dentro del bandolerismo español o lo que Bart el Negro simboliza en el mundo de la piratería.

En realidad, si los comparamos con la delincuencia organizada posterior, no dejan de ser unos primerizos, unos simples amateurs en un mundo de mafias y de "cripto delincuentes" (Emilio Sola dixit).

Jesse James. Todo un clásico. Si obviáramos a personajes como este de la filmografía norteamericana, quedaría seriamente tocada la industria del celuloide, porque desaparecerían muchas de las películas del viejo oeste dedicadas a recrear la vida de estos forajidos de leyenda, especialistas en asaltos espectaculares a bancos y a trenes. Todo un filón para los productores. Con más de una treintena de películas dedicadas tan solo a su figura, seguramente ha sido el bandido con mayor protagonismo en la historia del cine.  La última, la de 2007, interpretada por Brad Pitt y Sam Shepard (Frank), la titulada “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford.”