Un retrato muy duro de una existencia desorientada desde el primer día. La obra, en dos actos, da saltos al pasado y nos muestra el origen de los problemas de Biff (el hermano mayor) envenenado de resentimiento. En estas retrospecciones Miller hace intervenir en el presente a figuras del pasado con las que Loman dialoga.
Loman es patético y ofrece una imagen tajante de dónde terminan la mentira y la deslealtad. Su funeral es de las escenas más tristes que recuerdo en una obra literaria.