'Muertes pequeñas' de Emma Flint

Publicado el 28 junio 2019 por Ncarboz @ncarboz
Esta es una de esas novelas que compré al leer una reseña muy entusiasta y no pude resistirme. Pero como muchos otras quedó enterrada entre pendientes y novedades. Ha pasado un año en la estantería hasta que el otro día al ir a escoger nueva lectura la vi. Hoy os hablo de Muertes pequeñas, que ya os avanzo me ha entusiasmado.

Ficha técnica

TÍTULO: Muertes pequeñasAUTORA: Emma Flint
TRADUCCIÓN: Beatriz Galán EchevarríaPUBLICACIÓN: 22/01/2018PÁGINAS: 360EDITORIAL: MalpasoGÉNERO: Novela negra

Mi opinión

Verano de 1965, Nueva York. Ruth Malone vive con sus dos hijos pequeños, Frankie de cinco años y Cindy de cuatro, en un piso del barrio de Queens. Se encuentra en pleno proceso de lucha por la custodia con el padre de los niños, del que se separó apenas hace unos meses. Ruth no es la típica mujer que la sociedad de los años sesenta espera que sea. Una mujer entregada a su hogar, a su marido y a sus niños, relegando todo lo demás, incluida ella misma, a un segundo plano. Ruth se ha separado de su marido, sale con hombres, le gusta ir siempre bien arreglada, maquillada y con ropa provocativa.
El día 13 de julio después de pasar la tarde con sus niños en el parque y darles la cena, los deja durmiendo en su habitación como todas las noches. Cuando se levanta por la mañana y acude a por ellos, la ventana está abierta y los niños han desaparecido. Empieza aquí un infierno para Ruth, que verá cómo ocupa desde el primer momento el foco de la culpabilidad por parte de casi todos. Policía, vecinos, periodistas y hasta algunos miembros de su propia familia.
Pete Wonicke es un periodista del Herald con muy poco recorrido al que le va a tocar cubrir el caso de las desaparición de los niños Malone, siendo su primer gran caso, pero no lo tendrá nada fácil. Deberá tomar una decisión. Quedarse con la versión sobre los sucesos que le cuenta la policía o intentar buscar la verdad y formar la suya propia a través de una investigación veraz y a base de pruebas.
Muertes pequeñas está ambientada en una barriada de pisos de Queens en los años sesenta de forma magnífica, donde uno puede ponerse fácilmente en el lugar de cualquiera de esos vecinos que oyen y ven lo que hace el resto todo el tiempo. Sobretodo de las 'perfectas amas de casa' que creen tener derecho a juzgar la forma de actuar del resto de mujeres del barrio. Cada vecino tendrá su opinión y versión de lo que sucedió esa calurosa, silenciosa y asfixiante noche de julio en la que desaparecieron los niños. Ya que si alguien forzó la ventana y se los llevó, lo más lógico sería que alguien hubiera visto u oído algo.
Un narrador omnisciente en tercera persona nos cuenta alternativamente la investigación desde la noche de la desaparición a través de la vivencias de Ruth por un lado, y por otro los avances en el caso de Pete. Una novela muy bien escrita, con una prosa ágil y sencilla que consigue mantener la intriga en un punto alto desde el crimen, a través de la investigación y el juicio, hasta el final. Además de mostrarnos todos los puntos de vista, el de la policía, el de la gente, el de la familia y amigos de Ruth y el periodístico, sin decantarse por ninguno y dejando al lector que se haga su propia composición y decida cuál quiere elegir.
Los personajes me han parecido magníficos, llenos de aristas, claros y oscuros; pero destaco por encima de los demás a Ruth Malone. Una mujer con muchas caras y sentimientos que se esfuerza en esconder, más allá de los que puede reflejar su apariencia y actitud ante la vida. Una fachada hecha a medida. Una mujer que no es el modelo de madre y ama de casa que reclama la sociedad de la época, y que aunque se la acuse de un crimen no será juzgada por eso sino por su moralidad. Un mujer que no llora ante los demás y no expresa su desesperación ¿pero eso la convierte en alguien capaz de matar a sus hijos? Presenciaremos a lo largo de toda la historia un juicio moral, donde la pruebas y los sucesos demostrados quedarán en un segundo o tercer plano. Y eso dará lugar a juicios basados en una interpretación, no en hechos. Devlin el inspector jefe del caso, me ha parecido un personaje odioso desde el inicio, y  a medida que avanza la trama, más punible se convierte su actuación y trato a la sospechosa. Pete Wonicke, el periodista,  tiene una oportunidad de ser alguien con el caso Malone, pero no se imagina que va a comportar un cambio tan importante en su vida y en su persona. Su obsesión con Ruth es tal que empieza siendo alguien con ganas de comerse el mundo y termina siendo alguien que haría lo que fuera por ella sin importar nada más. Por último quiero nombrar a Franck, el padre de los niños. No es un personaje menor. Presenciaremos una evolución en su persona que terminará reclamando su protagonismo en la historia.
Muertes pequeñas es la primera novela de Emma Flint y está basada en hechos reales, lo que la hace todavía más atractiva. Cuando la terminé me fui rápidamente a investigar más sobre el caso. Además me enteré que la autora está escribiendo su segunda novela basada también en un crimen real, un triangulo amoroso que termina en asesinato en los años 20 en Londres. Espero que no tarde demasiado en publicarla.
En definitiva, Muertes pequeñas es una novela negra basada en hechos reales muy bien escrita, donde  presenciamos un juicio moral a una mujer por no ser el modelo esperado por la sociedad; pero también es una historia de amor, de culpa y de obsesiones. Una historia de la que me llevo muchas reflexiones que podríamos aplicar a la sociedad actual. Una delicia de novela que por sino queda claro recomiendo sin dudar.
Mi valoración: