Este año la película con la que se ha inaugurado la muestra SyFy es la espectacular Logan, que es la despedida de dos de los actores de sus personajes de la saga de X Men. Ni Lobezno ni el profesor Xabier ya van a tener la cara de Hugh Jackman y Patrick Stewart. La historia se sitúa en un futuro en el que los mutantes ya están prácticamente extinguidos. Logan sigue teniendo la gran fuerza que antaño pero su capacidad de regenerase ha disminuido, cada vez está más enfermo. El profesor Xabier tampoco se encuentra en su mejor momento y también enfermo sufre unos ataques que provocan accidentes y conmoción a los que están cerca. No hay que olvidar su gran poder mental. Buscan reunir el mayor dinero posible para jubilarse y vivir retirados. Pero hay una nueva amenaza que hará que los planes se les tuerzan. Esta película no tiene nada que ver con las anteriores, casi se podría decir que se trata de un Western crepuscular, una película bastante sobria, pero con una gran carga de violencia. No hay espectaculares efectos especiales ni visuales, tampoco giros de guión o una gran espectacularidad de medios como nos tenían acostumbrados. Son unos personajes en decadencia que intentan sobrevivir en un mundo que les es desconocido y hostil. Esta historia puede ser punto y final para X Men pero también puede ser una película que sirve de punto de unión entre los antiguos X Men y una nueva generación de mutantes. La gran revelación de Logan es la niña Dafne Keen que es Laura, la protegida de Logan. Esta es su primera película pero ya la hemos visto aquí en España en la serie Refugiados. Me ha llamado la atención que ahora que los enemigos de Estados Unidos ya no vengan de Rusia sino de sus vecinos Mexicanos, la nueva heroina venga de allí. En la muestra SyFy la hemos podido disfrutar en VOSE y me imagino las dificultades a la hora de hacer la versión en Español para dejar claro en que momentos los personajes hablan en el original en inglés y en español.
La muestra empezó este viernes con Worry Dolls del director Padraig Reynolds que escribe también el guión a medias con Christopher Wiehl que es el actor protagonista. La historia es una mezcla de posesiones y asesinatos. Un asesino en serie es cazado justo cuando iba a cometer su último crimen y es abatido. En el lugar encuentran unas pequeñas muñecas quitapenas que forman parte de las pruebas pero de alguna forma acaban en mano de la hija del policía y a su vez se reparten entre varias personas del pueblo. Una magia oscura ha maldecido estas muñecas y hacen que quienes las tengan sientan lo mismo que el asesino y acaban convirtiéndose en unos asesinos crueles. El argumento puede hasta resultar interesante pero la forma en la que está desarrollado es de telefilm barato de sobremesa. En algunos momentos provoca más risa que tensión o miedo. Muy mala pero viéndola en el festival tiene su punto.
La segunda del día fue la coreana Soul Station que viene a contar una historia previa a los acontecimientos de Train to busan. En este caso se trata de una película de animación en la que el protagonismo recae en una pareja y el padre de la chica. La relación de la pareja es absolutamente demencial, el se dedica a prostituirla para sacar dinero y se dedica a denigrarla completamente, ella es una completa inútil que necesita un hombre a su lado para hacer completamente cualquier cosa. Al principio de la historia se separan y cuando comienza la infección se dedican a buscarse para estar juntos y ayudarse. El trasfondo de la historia es la situación demencial que ponen a la población bajo la ley marcial en la que hay momentos en la que la población se ve en medio de unos zombis irracionales que buscan atacar y matar y unos soldados que les disparan para que no pueden huir y ser ellos los únicos que pueden salir de la ciudad. Es curiosa la forma que tienen estos infectados de atacar, van todos a lo loco tirándose porque aunque haya muchos que se queden por el camino alguno alcanzará a algún vivo. Si hubiera que decir algo malo de la película es que se nota que tiene una producción modesta. Hay momentos en los que algún personaje no está actuando que se nota que han dejado una imagen fija y en algunos ataques zombies se nota que hay un grupo que se repite porque son exactamente las mismas figuras. Eso no le quita valor a la película y me he quedado con ganas de ver la otra película que en su momento no he podido ver en cines. Este Soul Station es posible que se estrene en España de manos de la distribuidora A contracorriente.
47 m down es una película dirigida por Johannes Roberts, que dirigió el año pasado la de terror El otro lado de la puerta. En esta ocasión dos turistas norteamericanas deciden pasar un fin de semana en México y después de una noche de fiesta y borracheras deciden hacer algo atrevido como meterse en una jaula rodeada de tiburones. Lo que parecía algo con un peligro calculado se complica con un accidente que las hace caer a las profundidades, como su título indica a 47 metros de profundidad. En el fondo del mar la angustia y la claustrofobia se contagia y mantiene la tensión durante toda la película. Existe la amenaza de los tiburones de una forma constante pero no abusa de ellos y cuando aparecen lo hacen de una forma muy realista y creando imágenes muy poderosas y fascinantes. Es sin duda lo mejor de la película. En cuanto a la historia se toman algunas licencias como que una persona que no ha tomado ninguna clase de submarinismo pueda cambiar la bombona de oxígeno sin ningún problema que resulta poco creíble. Aún así la película es muy recomendable.
Para mi la última del viernes fue la española Stop over in the hell. A la presentación de la película acudió gran parte del equipo técnico y artístico y fue una de las pocas películas que han llenado las tres salas. La cuarta película de Victor Matellanos después del documental Zarpazos, Wax y Vampyres es una mezcla de Western y película con psicópata. En una parada de la diligencia se reúne un grupo de personas amenazados por un loco psicópata que está esperando un cargamento de oro para adueñarse de el. La espera se convertirá en una auténtico infierno. Esta película me provoca sentimientos enfrentados. Hay que reconocer que tiene una hermosa fotografía, unas imágenes muy bonitas de paisajes y una gran composición de planos. Los actores , por lo general, hacen un buen trabajo y hasta los personajes tienen su punto de interés, pero es que la historia y cómo la desarrollan es un auténtico disparate. Intentando hacer una especie de Los odiosos ocho hacen una película sin ninguna historia ni trama, un absoluto vacío. Además que algunas escenas estén a cámara lenta no ayuda. Aunque dura apenas hora y media se hace demasiado larga porque lo que cuenta se hubiera podido despachar en un buen cortometraje. Hay actores que están completamente desaprovechados como Ramón Langa que apenas aparece unos segundos. La presencia de la gente de la película no hizo que el público se reprimiera a soltar todo tipo de comentarios durante la película. Imagino que no están acostumbrados a ver peliculas con mandanga.
La última de este primer día fue The funhouse of massacre, una película americana del 2015 que mezcla el terror y la comedia.