Hoy comienza septiembre, uno de mis meses favoritos. Para mi sigue siendo una especie de vuelta al cole, siento que empieza una nueva etapa y aparece la sensación de mariposas en el estómago pensando en cómo será el próximo año... ¿no os pasa a vosotros? En mi caso suele ser el mes de los cambios, de los nuevos proyectos, de retomar otra vez el ritmo, del inicio del otoño y de las ansiadas vacaciones... Pero este año creo que también voy a incluir agosto, por que han habido muchas cosas buenas...
Conocimos a la pequeña Laia, una princesita que llevábamos mucho tiempo esperando. Recibí la visita de una de mis mejores amigas, solo fueron tres días, pero los aprovechamos cómo si fueran 10! He aprendido a seguir el ritmo pausado del verano, a disfrutar de mis tardes libres y hacer todo lo que me apeteciera. Hice caso a mi madre y su "o paras o te paran" y paré, muchos días. He hecho de guiri (con guías incluidos!) en las ciudades donde vivo y trabajo, descubriendo lugares muy interesantes. Mimé un poco al blog, dándole un nuevo dominio y cambiando algunas cosillas del diseño. No me estresé por ver que tenía que dejar tantas cosas en el tintero y acepté que, como siempre, mi lista de proyectos superaba a las horas libres que tenía jaja. He conseguido perder 2 kilos. Me he vuelto adicta a Instagram, creando mi propio #project365 (aunque no lo siga a rajatabla). He procurado sentirme feliz, pese a que ha habido días muy duros. He terminado agosto siendo pelirroja y con nuevo corte de pelo, casi sin pensarlo. Podría seguir la lista, ¡pero no quiero aburriros más!
Y vosotros también habéis hecho que agosto se convierta en mi mes favorito por que ¡en
Facebook hemos llegado a los 1.000 seguidores! Y seguimos creciendo...
Por si había algún incrédulo entre los que siguen al recetario en Facebook, esta es la prueba de que lo celebro siempre con un bailecito ;). A hacer el payaso delante de una cámara poca gente me gana, eh?
Así que no sé qué me espera a partir de hoy, pero mi primer proyecto de septiembre es seguir intentando hacer cosas que me diviertan, me entretengan y me hagan feliz. Así de simple o de complicado, ya se verá... Y después de este momento de diario personal profundo, vamos a por la receta.
Muffins, la de tiempo que no los preparaba. Esto los hice durante la visita de mi amiga, para darle una pequeña alegría y que pudiera probar alguna de las cosas que preparo, por que con 600 km de distancia pocas veces puede hacer catas jeje. Ella es vegetariana, pero cuando está en nuestra casa se permite algunas licencias por que la tratamos muy bien jajaja, así que no le importó comerse algunos de estos aunque llevaran huevo... En la siguiente visita prometo hacerlos sin huevo ;).
A cambio usé leche de soja para ver como quedaba el sabor y, si os soy sincera, no noté el cambio. Es verdad que la masa quedó un poco más líquida de lo habitual, pero un vez horneados cuando habrías los muffins te encontrabas su característica miga compacta y un sabor muy rico.
Eso sí, de entre todos los que he preparado, son de los que más llenan. Son ideales para desayunar por que tienen avena, pasas y el resto de la masa que os aseguro que os proporcionará energía para un buen rato.
Ingredientes- 250 gr. de harina
- 240 ml. de leche de soja
- 110 gr. de azúcar moreno
- 60 ml. de aceite de girasol
- 1 huevo
- 3 cucharadas pequeñas de levadura
- 1/4 de cucharada pequeña de sal
- 50 gr. de pasas
- 2 cucharadas soperas de avena
PreparaciónPreparar muffins me encanta, por que es de lo más sencillo.
Pon a precalentar el horno a 190ºC, calor arriba y abajo y, si quieres que los trozos de pasas sean más pequeños, pícalas y reserva.
Engrasa los moldes o prepara las cápsulas donde colocarás la masa para su horneado.
En un bol coloca todos los ingredientes menos las pasas y la avena para preparar la masa base.
Yo siempre lo hago así para que luego pueda añadir más o menos cantidad de pasas y avena, según me apetezca, pero puedes añadir todo a la vez o si lo prefieres incorpóralos poco a poco :).
Remueve para que se mezcle con la ayuda de una cuchara o espátula, pero nunca utilices unas varillas o una batidora. La masa tiene que quedar consistente y con grumos.
Añade la avena y las pasas y remueve un poco más para que se repartan por la masa.
Reparte la masa entre las cápsulas, sin cubrir más de las 3/4 partes. Si quieres, puedes añadir un poquito más de avena por encima.
Mételos en el horno unos 20 minutos, hasta que los pinches con un palillo y salgan limpios.
Una vez fuera del horno, déjalos unos 5 minutos dentro del molde y pasado este tiempo, pásalos a una rejilla para que se enfríen del todo.
Si os apetece podéis ponerle por encima un poco de miel o acompañarlos de un rico café o té.
Feliz septiembre ;).