Muffins de espinaca

Por Bouquetgarni
Hoy les propongo una receta ideal para un almuerzo liviano o un desayuno tardío (lo que se conoce como "brunch", neologismo que surge de la unión de los vocablos ingleses breakfast y lunch; es decir, desayuno y almuerzo), típico de sábado o domingo cuando nos tomamos la vida con menos prisas, con más gustito, levantándonos más tarde, disfrutando del ritual del desayuno a nuestras anchas porque nadie nos corre y porque miramos el día con otros ojos.No sé, será que pensar en septiembre es casi como pensar en primavera por estos lares. Y cuando el invierno nos quiere ir abandonando (aunque con un clima bien loco en el que pasamos de temperaturas cercanas a los 0°C a otras bien primaverales con 25°C y los antigripales están a la orden del día...), los días son más luminosos, los árboles se llenan de hojas nuevas y las aves comienzan con los cortejos amorosos, los desayunos de fin de semana tienen otro gustito también.

Por eso, hoy les traigo esta receta muy simple que se puede preparar el día anterior y disfrutar en el desayuno-almuerzo o se puede freezar y comer en cualquier momento, previo un golpecito de calor que revitalizará a estos deliciosos (y esponjosísimos) muffins, dejándolos como recién hechos.Aquí está la lista de ingredientes.

Nos ponemos manos a la obra y en un ratito: muffins de espinaca para chuparse los dedos.
En un bol, con batidor de alambre, batí 2 huevos (pastoriles u orgánicos) junto con 100 cc. de leche (en mi caso, descremada). Condimentá a tu gusto con sal, pimienta recién molida y nuez moscada e incorporá 1 cucharada de cebolla de verdeo deshidratada.
Agregá en forma de hilo, mientras no dejás de batir, 100 cc. de aceite (yo utilicé neutro, pero bien puede ser de oliva). Luego, añadí 150 gramos de harina leudante (o común), 60 gramos de harina integral (fina) y 1 cucharadita bien colmada de polvo para hornear, previamente tamizados.

Continuá batiendo y agregá 150 gramos de espinaca previamente cocida al vapor, bien escurrida y picada. Además, incorporá 50 gramos de queso rallado (reservá algo de queso extra para utilizarlo después)
Por último, cortá unos 13 cubos de mozzarella descremada (también puede ser queso fresco descremado o queso azul); reservalos. Como habrás descubierto ya, con esta cantidad de ingredientes se obtienen unos 13 muffins bien gorditos.
Si vas a utilizar moldes de muffins/muffinera de metal (léase chapa, hojalata, aluminio, etc.) no es necesario utilizar pirotines para los muffins, puesto que la masa puede volcarse en el interior de los moldes directamente, previo rociarlos con aceite en aerosol para que se desmolden con total facilidad. Sin embargo, si utilizaras moldes de silicona (como es mi caso), recomiendo que emplees los pirotines porque los moldes impregnan de un sabor muy poco agradable a los muffin, malográndolos definitivamente...
Rellená con la mezcla de masa obtenida la mitad de los pirotines de muffins (en este caso se trata de pirotines número 10; para que tengas idea del tamaño) e incorporá un cubito de queso en lo que será el corazón mismo de cada muffin.

Luego, completá con más mezcla de masa hasta cubrir las 3/4 partes del pirotín.
Por último, espolvoreá por encima de cada muffin una lluvia de queso rallado (ése que habías reservado) y llevá a cocinar en horno precalentado a 180° C  por unos 25 minutos.

Serví los muffins calientes o tibios. Si se trata de un almuerzo liviano, acompañalos con una rica ensalada de tomates cherry o con unos sabrosos y nutritivos huevos poché especiados.

Como pueden ver, esta receta es bien imple, muy sabrosa y nutritiva. Incluso ayuda a incorporar vegetales en la dieta de los más pequeños, a quienes, en ocasiones, todo lo que sea "verde" les parece de otro planeta y no hay manera de que quieran probarlo. Bueno, si lo pienso bien, les diría que también sirve para incorporar verduras en la dieta de algunos adultos que no pasan ni por la vereda de enfrente de una verdulería (no sea cosa que se contagien de qué sé yo que enfermedad rara que le inocula a la gente el deseo de comer hortalizas... Jajajaja).

Son livianos, de sabor muy agradable y suave, con una textura realmente esponjosa. Además, el corazón de queso y la cobertura de queso rallado le aportan cremosidad en el interior y una textura más crocante en el exterior.

Esta receta la dedico a mi amiga Mirta que me regaló los tomates cherry que se ven en las fotos, en agradecimiento no sólo por los tomates (además, la planta de tomates cherry que crece en mi casa es un regalo de ella) sino porque siempre está dando ánimos, prestando el hombro o el oído, brindando buenos consejos y compartiendo buenos momentos. ¡Gracias, Mir!

Como les decía al comienzo del post, por aquí (el hemisferio sur) ya empieza a olerse y sentirse la primavera en la naturaleza y en nuestros ánimos (de capa bien caída últimamente por diversas situaciones de la vida). Por ello, este blog se viste para la ocasión y renueva el cabezal/header con un motivo más colorido, propio de la temporada. Ya me comentarán si les gusta...
Espero que prueben la receta y me cuenten qué les ha parecido. Y que pasen una estupenda semana, claro. ¡Bon appétit!