Mujer despechada: ¿un estereotipo?

Publicado el 31 mayo 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por Voces desde Chile

Cuando vi los spots de "Soltera otra vez", sentí curiosidad por la nueva teleserie nocturna de canal 13 que se estrenó el domingo recién pasado. Además, ya comenzaban a aparecer en mis contactos de facebook los primeros comentarios expectantes en torno a ella, sumado a las entradas de Hey valentina y La_papio que hablaban sobre esta historia protagonizada por Paz Bascuñán. Llegó el domingo, y acompañada de mi pololo (quien dulcemente estuvo dispuesto a ser parte de la función), nos sentamos a presenciar la nueva producción que parecía prometer mucho.No lo niego, me reí en varias partes del capítulo. Me sacó una sonrisa reafirmar la importancia de las amigas (y sus intentos por animarte cuando has tocado fondo). También recordé los diversos pasteles con los que me he encontrado en mi vida (y agradecí tener a mi lado a un bombón). Rememoré mis momentos de despecho. Sin embargo, la teleserie me dejó un sabor amargo: hirió mi orgullo femenino.

Sé que la historia tiene un tono cómico y la idea probablemente sea entretener a la audiencia televisiva. Ok, pero ¿hasta qué punto? Quizás me estoy poniendo suspicaz, quién sabe. Pero me asusta un poco el cómo se maneje la historia y por sobre todo, me asusta la imagen de mujer que allí se muestra. 

A raíz de ello, me quedé pensando en la vivencia del despecho y pensé en los estereotipos, aquellas ideas o imágenes que son aceptadas por la mayoría de las persona como patrones de cualidades o de conductas, en torno a las mujeres. Pensé en la creencia sobre la mujer dándole extremada importancia a las relaciones de pareja (creencia que también aparece en Soltera otra vez, con la imagen de Cristina cuando pequeña jugando con su barbie y ken) y dejándose de lado a sí misma. Pensé en la tendencia a equiparar la soltería con soledad. Y en la imagen de mujer acomplejada, con su cuerpo, con el color de su pelo y su falta de depilación.

Yo también crecí viendo películas Disney y me he alimentado de un millón de comedias románticas con finales felices. Hemos discutido el tema un montón con mis amigas, alegando contra la psicología masculina. También me complico cuando me tengo que poner bikini (y asumir las consecuencias de la buena vida) y odio los pelos. Sí, me declaro culpable. Pero eso es solamente una parte. Hay más. También tengo proyectos personales, aprecio mis espacios de soledad y me siento satisfecha conmigo misma. Ese es el riesgo de los estereotipos: reducen información.  Y de paso, no tienen en cuenta las excepciones.

Es por ello que espero que esta teleserie abra un proceso de reflexión sobre pautas de conductas tan naturalizadas (también lo pienso sobre los estereotipos masculinos que allí se muestran), que la diversidad de personajes permita ampliar la mirada y que también (lo que más espero) Cristina, más que encontrar a su príncipe azul, pueda evolucionar y aceptarse a sí misma. Que emprenda un viaje a lo Elle Woods en Legalmente rubia, con todo el power femenino.