Carole es una gran compositora, pianista y cantante. Empezó como compositora junto a su ex marido Gerry Giffin, formando uno de los equipos de compositores más brillantes del Brick Brill, un edificio que había en Broadway donde se componían las canciones que cantantes de gran categoría interpretaban después en musicales y discos. En aquella época se consideraba que una cantante como Carole King no estaba a la altura y por eso se dedicaba a escribir canciones como The Loco-Motion. A muchos otros monstruos de la música de entonces les costó mucho dar el salto como vocalistas; a Eric Clapton por ejemplo, se le consideraba sólo un gran guitarrista.
No fue hasta su divorcio cuando Carole se atrevió a interpretar sus canciones, sacó un disco llamado Writer. En el propio título del disco se ve su modestia. Luego dio otro pasito sacando Singer, supongo que ya estaría harta de tener que disculparse, y por fin llegó Tapestry, uno de los mejores y más importantes discos de la historia en la que desgrana maravillosas canciones haciendo gala de una magnífica interpretación como cantante (faltaría más) y como pianista. Las canciones son estupendas y cuando uno las escucha se da cuenta de que ya las conoce puesto que algunas han sido cantadas, antes y después de la publicación de Tapestry, por innumerables estrellas de primera fila. Este álbum fue número uno durante quince semanas consecutivas, estuvo en las listas de ventas durante seis años seguidos y vendió más de trece millones de copias.
Hoy día un músico de semejante talla sería una rarísima excepción. Carole tiene cuatro Grammys, de los de antes y está considerada una de las mejores compositoras de música popular de los últimos tiempos. Todo ello sin coreografías obscenas, sin colgarse chuletas de ternera de ningún sitio, sin salir a escena en paños menores y sin llevar gorros o atuendos horteras. Por todo esto, creo que como público debemos dar a conocer a las nuevas generaciones a artistas como esta mujer cool.