Mujeres de éxito: Mónica Oriol

Publicado el 11 febrero 2014 por Yolanda024

Mónica Oriol (Presidenta de Seguriber)

“Las mujeres gestionamos la diversidad y no nos asustamos ante personas del equipo que nos pueden hacer sombra”

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“Nuestro modelo de dirección se parece más a una orquesta de jazz que a una orquesta sinfónica. En una orquesta de jazz, aunque tiene una melodía predefinida, cada instrumento, cada músico, interpreta libremente y tiene la iniciativa necesaria para hacer un solo. En una orquesta sinfónica prima el conjunto y sólo hay un protagonista: el solista, pero en una orquesta de jazz el protagonismo lo toman distintos músicos en función del momento.

Nuestro modelo de gestión en el comité de dirección es similar. Dependiendo de la situación, el protagonismo lo toma una u otra persona. Y este modelo intentamos que se practique en cada uno de los subdepartamentos y unidades de actuación de la compañía en su conjunto”.

De esta manera explica Mónica Oriol, presidenta de Seguriber, el modelo de gestión que aplica con su equipo de trabajo. Licenciada en Económicas y Empresariales por la UCM y Diplomada en Economía de la Unión Europea por la London School of Economics, Mónica Oriol decidió dejar la empresa familiar en la que trabajaba para adquirir una empresa llamada Seguriber que contaba, por aquella época, con 18 empleados. Veinte años después, el Grupo tiene una plantilla de unos 3.400 empleados.

PERFIL

Gestión descentralizada asentada en valores

Este modelo de gestión se aplica de manera diferente para una plantilla de más de 3.400 empleados que, en la mayoría de los casos, y puesto que el Grupo es una compañía de servicios, trabajan físicamente en la sede de los clientes. “Para poder gestionar una plantilla de 3.400 empleados es necesaria una profunda capilaridad y descentralización en el modelo. Están los jefes de unidad encargados de coordinar miles de células distribuidas por toda España, que son los responsables de que se cumplan los parámetros fijados, bien sea horarios, bien la satisfacción de nuestros clientes. Además, contamos dentro del organigrama con inspectores que son el nexo de unión entre la empresa y los empleados”, explica esta directiva.

“Uno de los problemas que nos podríamos encontrar sería la ausencia de valores corporativos, ya que la mayoría de nuestros empleados no trabajan en nuestra sede. Ahí es donde los inspectores juegan un papel muy importante ya que son los encargados de transmitir valores como el compromiso o la satisfacción del cliente, porque el éxito de la compañía depende del buen hacer del trabajo diario de cada uno de los empleados de Seguriber y, por supuesto, cada persona tiene algo con lo que contribuir a ese éxito global”, asegura Mónica Oriol.

Conciliación y equilibrio frente a negociación

Mónica Oriol compatibiliza su trabajo con sus seis hijos. “Tengo cinco hijas y un hijo, aunque entre ellos tienen la suficiente diferencia de edad como para evitar que se convierta en una dificultad. Yo siempre digo que tengo un trío de grandes y uno de chicas. Las dificultades todas juntas parecen inabarcables, pero si las descompones en partes más pequeñas, tu percepción cambia”, comenta Mónica Oriol vinculándolo a la realidad diaria de una empresa.

A pesar de que Mónica Oriol ha realizado diversos cursos de postgrado en Gestión y Finanzas, no duda en reconocer que su primer máster en gestión “no ha sido en la empresa, si no en casa, cuando tienes tres hijos pequeños y todos con necesidades, intereses y reclamaciones simultáneos pero diferentes, con recursos limitados y objetivos ambiciosos…. La mejor escuela de gestión es la familia. Las mujeres, más que dominar la negociación, lo que sabemos hacer realmente bien es conciliar intereses dispares. Mientras que la fórmula de dirección y negociación más habitual en los hombres, se asocia a un proceso en el que, aunque ambas partes ganan algo, siempre hay una que resulta dominante, la “conciliación”, por su parte, se vincula más a resultados neutros. Y las mujeres la dominamos perfectamente. Más aún”, comenta esta directiva.

Las mujeres tienen una visión de 360º

La comunicación, la gestión de la diversidad o una visión perimétrica de una situación son otros rasgos que Mónica Oriol asocia con un modelo de dirección en femenino. “En la época de las cavernas, el hombre era el proveedor y la mujer era la administradora. La situación, fruto de los comportamientos aprendidos durante miles de años, no ha variado. Por lo general, las mujeres nos encontramos todo dado y hay que gestionarlo”, afirma la presidenta de Seguriber. “Si disponemos de esta posibilidad, las mujeres sabemos gestionar la diversidad. No nos asustamos ante personas que nos pueden hacer sombra o contrarrestar nuestras opiniones. Los hombres, por el contrario, no tienen esa capacidad y, a menudo, los directivos no se suelen rodear de gente brillante en sus equipos para evitar rivales. Las mujeres, sin embargo, elegimos a la personas por su talento y capacidad pues necesitamos optimizar tiempos, resolver”, añade esta directiva.

“Las mujeres somos mucho más prácticas”, explica Mónica Oriol. “Buscamos lo inmediato, vemos el día a día, tenemos una visión más de proceso, lo descomponemos en pequeños plazos, siempre teniendo una perspectiva de 360º. Los hombres, por el contrario, piensan en lo que puede ocurrir dentro de meses, en los beneficios que años después reportó un hecho determinado, y olvidan prestar atención a lo que ocurre hoy. Esto implica que muchas veces no ven las capacidades inmediatas de cada persona. Por ejemplo, en la empresa siempre hay muchos aspectos que hay que rematar y, las mujeres, para ejecutar somos mucho mejores”.