A finales de año tuve la oportunidad de visitar una de las comunidades más perdida en las alturas que he conocido en mi vida. La pequeña comunidad de San Francisco en la provincia de Chimborazo, donde una serie de mujeres trabajan la quínoa de manera orgánica. Pudimos ir acompañados de Fabiola, una líder comunitaria que hizo unas pequeñas capacitaciones en ese momento.
Ver pasar la vida desde las alturas y las condiciones en las que se desarrolla, le hace a uno abrir los ojos y mirar hacia abajo con una perspectiva muy diferente. A veces conviene subir alto para poder mirar desde abajo.
Dejo unas fotos de estas hermosas señoras y los paisajes en los que viven.