Según un nuevo estudio de Northwestern Medicine, mujeres fumadoras redujeron su consumo de tabaco en una media de un cigarrillo al día, sin saber que estaban embarazadas.
Al mes siguiente de saber que estaban esperando un bebé, las mujeres participantes en esta investigación, redujeron el consumo de tabaco en otros cuatro cigarrillos diarios.
Muchos estudios anteriores ya han concluido que se produce una reducción del consumo de tabaco durante el embarazo. Lo novedoso es que las mujeres dejarán de fumar antes de ser conscientes de su embarazo.
"Antes de este trabajo, se asumía en gran medida que lo único que hacía que las fumadoras embarazadas redujeran el consumo era el deseo de proteger al bebé", dijo Massey. "Aunque nuestro estudio apoya el descubrimiento del embarazo como un acontecimiento destacado, los niveles de tabaquismo en el embarazo comenzaron a disminuir antes de que las fumadoras sospecharan que estaban embarazadas".
Una de las primeras señales de que estás embarazada es que se rechazan instintivamente alimentos y olores, que pueden ser perjudiciales para el bebé.
Generalmente el cuerpo de la mujer empieza a mostrar los cambios derivados de la gestación antes, las náuseas y la aversión a determinados alimentos u olores, son los primeros síntomas de embarazo para muchas mujeres. Las ganas de vomitar por la mañana o incluso el vómito y el rechazo a comer ciertos alimentos o beber café pueden significar que estás esperando un bebé.
"Nuestros hallazgos sugieren que el embarazo podría frenar el deseo de fumar de las fumadoras incluso antes de que sean conscientes de haber concebido", dijo la autora principal del estudio e investigadora principal, la Dra. Suena Huang Massey, profesora asociada de psiquiatría y ciencias del comportamiento y ciencias sociales médicas en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y psiquiatra de Northwestern Medicine.
Algunas embarazadas rechazan el olor a tabaco u olores intensos como perfumes o sustancias con aromas fuertes. Esto puede provocar náuseas y se debe al cambio hormonal que el cuerpo experimenta en las primeras fases de la gestación.
La naturaleza es sabia y es así. Por esto, durante el primer trimestre del embarazo se rechazan instintivamente alimentos y olores, que pueden ser perjudiciales para el bebé.
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