Mujeres periodistas en el ojo de la tormenta

Publicado el 30 julio 2012 por Daniela @lasdiosas
Las amenazas y la violencia contra las periodistas están aumentando en muchas regiones del mundo. En su trabajo de exponer injusticias y violaciones a los derechos humanos, las periodistas son defensoras de los derechos humanos y como tales necesitan mejores mecanismos de seguridad y protección. 
El periodismo puede ser un trabajo muy peligroso, particularmente para reporteras y reporteros que ponen en evidencia las injusticias tanto en ambientes hostiles, corruptos y violentos como en zonas de guerra. Además de las diferentes formas de violencia contra hombres y mujeres periodistas y los obstáculos para realizar su trabajo (incluyendo amenazas, asesinato, confiscación de material, deportación, arrestos e intimidación), dentro de esta profesión de dominio masculino las periodistas enfrentan ciertos riesgos por el hecho de ser mujeres.
Las periodistas como defensoras de los derechos humanos
En su tercer informe al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas, el primero que se centra exclusivamente en la situación de las defensoras y de quienes trabajan en torno a los derechos de las mujeres o asuntos de género, Margaret Sekaggya, Relatora Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, señaló que “las periodistas y las profesionales de los medios de comunicación que se dedican a cuestiones relacionadas con los derechos humanos también parecen estar expuestas a riesgos como resultado de su trabajo”.[1]
En el tercer capítulo de su más reciente informe temático al CDH, la Relatora Especial se centra en los riesgos y retos específicos que enfrentan grupos concretos de defensoras y defensores, incluyendo a periodistas y profesionales de los medios de información. Ella explica que si bien muchas actividades profesionales no involucran directamente la protección y defensa de los derechos humanos en sí, pueden asociarse o tener vínculos con las violaciones a los derechos humanos y afirma: “Los periodistas y los profesionales de los medios de información que informan sobre las manifestaciones y arrojan luz sobre las violaciones y los abusos a menudo arriesgan su vida por ello”.[2] Agrega que la función de vigilancia que periodistas y profesionales de los medios de información realizan es fundamental y “las restricciones impuestas a los medios y a la libertad de prensa, y la impunidad de que disfrutan quienes cometen violaciones contra periodistas y profesionales de los medios que defienden los derechos humanos, pueden fomentar un clima de intimidación, estigmatización, violencia y autocensura que podría llegar a inhibir la labor de estas personas”.[3]
El principal instrumento internacional referido a defensoras y defensores de los derechos humanos, la Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos (1999), ofrece un marco legal que “procura proteger las funciones de vigilancia y promoción de los periodistas y profesionales de los medios de información, reconociendo en el artículo 6 su derecho a obtener y difundir información relativa al disfrute de los derechos humanos”.[4] La Resolución 1738 (2006) del Consejo de Seguridad de la ONU condena los ataques contra periodistas en situaciones de conflicto, destacando “la responsabilidad de los Estados de cumplir las obligaciones que les impone el derecho internacional de poner fin a la impunidad y procesar a los responsables de cometer violaciones graves del derecho internacional humanitario”.[5] El Consejo instó a todas las partes involucradas (tanto estatales como no estatales) “a que respeten la independencia profesional y los derechos de los periodistas, los profesionales de los medios de comunicación y el personal asociado, en su calidad de civiles”.[6] Detención, intimidación y asesinato de mujeres periodistas
Detención, amenazas y asesinatos son sólo algunas de las formas de violencia que las periodistas de todo el mundo enfrentan debido al trabajo que desempeñan, en una profesión dominada por hombres e impregnada de normas culturales y patriarcales. Por ejemplo, Reeyot Alemu, columnista del periódico etíope Feteh y una de las tres ganadoras del Premio 2012 a la Valentía en el Periodismo, fue sentenciada en septiembre de 2011 a 14 años de cárcel. Se le acusó de conspirar para cometer actos terroristas y participar en una organización terrorista. Como evidencia en el juicio, el Gobierno de Etiopía presentó artículos en los cuales Alemu criticaba las acciones gubernamentales, incluyendo conversaciones telefónicas que ella tuvo sobre protestas pacíficas. Alemu es una de las pocas reporteras que escribía críticamente acerca del clima político en Etiopía.
Khadija Ismayilova,[7] reportera para el servicio azerbaiyano de Radio Europa Libre/Radio Libertad y otra ganadora del Premio 2012 a la Valentía en el Periodismo,[8] ha investigado y expuesto la corrupción y el abuso de poder en los niveles más altos de Azerbaiyán. En mayo de 2012 recibió un paquete sospechoso con una carta anónima, incluyendo fotografías – captadas por cámaras de vigilancia que habían sido instaladas en su apartamento – en las cuales aparecía teniendo relaciones sexuales con su novio. Pese a estas amenazas de difamación, Ismayilova se rehusó a dejar de trabajar y ha denunciado públicamente a sus acusadores.
En octubre de 2011, la vida de la periodista guatemalteca Lucía Escobar cambió completamente. Pocos días después de que su artículo ‘De cuervos, ojos y demonios’[9] fuera publicado en el matutino nacional elPeriódico, Escobar recibió múltiples amenazas a través de mensajes electrónicos anónimos que la obligaron a ocultarse junto a su familia. La bloguera y escritora independiente Asmaa al-Ghoul, de Gaza y otra ganadora del Premio 2012 a la Valentía en el Periodismo, centra su trabajo en analizar el contexto sociopolítico en Oriente Medio. Al-Ghoul ha sido golpeada por fuerzas de seguridad de Hamás mientras cubría protestas populares y fue forzada a dormir en su oficina durante algún tiempo pues temía ser asesinada al regresar a casa. Al-Ghoul recibe regularmente amenazas de muerte contra ella y la vida de su hijo.
La periodista rusa Anna Politkovskaya, ganadora de múltiples premios, fue hallada muerta a balazos en Moscú en 2006. Sus investigaciones, informes y libros develaron información y abusos contra los derechos humanos en la guerra de Chechenia y el norte del Cáucaso, así como el afán del presidente ruso, Vladimir Putin, por una segunda guerra chechena. La muerte de Politkovskaya, al igual que los asesinatos de muchas otras periodistas en diversas partes del mundo, aún no ha sido esclarecida aunque atrajo atención e indignación internacionales.
Pronunciándose contra la violencia hacia las periodistas
La violencia sexual, las amenazas y los ataques contra mujeres periodistas raras veces se mencionan en círculos periodísticos, en los medios noticiosos y organizaciones no gubernamentales. Asimismo, muchas periodistas de todo el mundo que han sufrido abusos sexuales optan por guardar silencio debido a estigmas culturales y profesionales que podrían significar la pérdida de futuros trabajos.
No obstante, en tiempos recientes ha habido mujeres que han decidido hablar públicamente sobre esta violencia para ayudar a otras periodistas y alentarlas a denunciar esos crímenes y exigir justicia. La periodista colombiana Jineth Bedoya y la corresponsal sueca Jenny Nordberg son dos ejemplos importantes de la tendencia a exponer estos hechos para producir cambios.[10] La denuncia pública del brutal ataque y violencia sexual que sufrió la periodista Lara Logan mientras reporteaba para Noticias de la CBS desde la Plaza Tahrir de Egipto, en febrero de 2011, alentó a otras mujeres a empezar a compartir sus experiencias de haber sido acosadas y atacadas sexualmente mientras desempeñaban su trabajo.
Motivado por el creciente número de solicitudes de recomendaciones sobre seguridad personal por parte de mujeres periodistas que trabajan en situaciones peligrosas, elInstituto Internacional para la Seguridad de la Prensa (INSI) publicó un libro que contiene 40 ensayos escritos por mujeres periodistas sobre sus experiencias y los retos que enfrentan en su trabajo. Presentado en el Día Internacional de las Mujeres, el libro No Woman's Land: On the Frontlines with Female Reporters [Tierra inhóspita para mujeres: En las líneas del frente con las reporteras] pretende generar conciencia sobre los peligros, identificar soluciones de seguridad y protección y ayudar a “las mujeres que se aventuran a entrar en la profesión a obtener consejos de otras que ya han estado ahí”.[11] El asesinato de Marie Colvin,[12] corresponsal estadounidense del periódicoSunday Times y ganadora de múltiples premios,[13] quien estaba cubriendo el Cerco de Homs en Siria apenas unos días antes de la presentación del libro, ha mostrado la relevancia y oportunidad de la publicación, ya que ésta también aborda la falta de atención a las amenazas, violaciones de derechos humanos, discriminación por motivos de género y violencia sexual que afectan a las periodistas, particularmente en zonas de conflicto. Todas las ganancias provenientes del libro se destinarán a proporcionar capacitación en seguridad a mujeres periodistas.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) modificó su manual con el fin de abordar más adecuadamente la violencia sexual, presentando en mayo de 2012 un nuevoManual de Seguridad para Periodistas contiene secciones sobre cómo protegerse contra la violencia sexual y cómo cubrir protestas y disturbios.
Se necesitan cambios estructurales
La crucial contribución que las mujeres hacen al periodismo debe ser reconocida y valorada. Caroline Wyatt, corresponsal de Noticias de la BBC, reconoció la perspectiva diferente que las mujeres aportan a los reportajes sobre la guerra: “un poco menos de enfoque en las bombas y balas, y más en lo que el fin del dominio talibán en el norte significaría para las familias que conocimos y para su futuro”.[14]
Es necesario que las periodistas desempeñen su trabajo con seguridad adecuada, protección y apoyo de alto nivel, pero como dice Zeina Awad, co-presentadora del programa documental Fault Lines, “No creo que nos sirva convertir la discusión en una narrativa sobre la victimización femenina”.[15] Sin embargo, las decisiones marcadas por prejuicios de género continúan afectando los trabajos y potencialmente las carreras de las corresponsales, por lo cual Tina Susman recomienda que en vez de impedir que las reporteras (vistas como víctimas potenciales de violación) vayan a zonas de conflicto, sus agencias, editores y colegas “deberían ofrecer[les] mejores medidas de seguridad y sugerencias efectivas de seguridad”.[16]
Se necesitan medidas específicas en función del género para abordar los retos que enfrentan las periodistas de investigación dedicadas a cuestiones relacionadas con los derechos humanos, las columnistas que abogan por la reforma de los derechos humanos, las reporteras que vigilan y reportan violaciones a los derechos humanos y las blogueras.
Exprésate:
¿Qué se debe hacer para brindar una mejor protección a las periodistas?
¿Cuáles otros grupos de defensoras de los derechos humanos te preocupan?
Notas: Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Informe de Margaret Sekaggya, Relatora Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos (centrado en grupos concretos de defensores expuestos a riesgos: periodistas y profesionales de los medios de información; defensores que se dedican a cuestiones ambientales y relativas a la tierra; y defensores de los derechos de jóvenes y estudiantes), A/HRC/19/55, 21 de diciembre de 2011, párrafo 50. Ibíd., párrafo 18. Ibíd., párrafo 120. Ibíd., párrafo 31. Resolución 1738 del Consejo de Seguridad de la ONU (adoptada unánimemente en diciembre de 2006), párrafo 7. Ibíd., párrafo 8. Ver: Reporteros sin Fronteras, ‘Nuevo informe de la situación de la libertad de prensa’, 26 de mayo de 2012. El Premio a la Valentía en el Periodismo, otorgado por la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación (IWMF), es el único galardón internacional que reconoce la valentía de las mujeres periodistas. En mayo, la IWMF anunció a las sobresalientes acreedoras del Premio 2012 que serán galardonadas en acontecimientos especiales en Nueva York y LosÁngeles el próximo octubre. Ver este artículo también en el blog de Lucía Escobar. Ver: Wolfe, Lauren, ‘El crimen silenciado: Violencia sexual y periodistas’, Comité para la Protección de los Periodistas, 7 de junio de 2011. Ver: Reitman, Anna, ‘No Woman’s Land: on the frontlines with female reporters’ [Tierra inhóspita para mujeres: En las líneas del frente con las reporteras], Women’s Views on News, 8 de mayo de 2012. Ver: EFE, ‘Diplomáticos occidentales recogen los cuerpos de periodistas muertos en Siria’, El Nuevo Diario, 3 de marzo de 2012. Periodista del año: Asociación de Prensa Extranjera (2000); Premio a la Valentía en el Periodismo: Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación (2000); y Reportera Extranjera del Año: Premios de la Prensa Británica (2001 y 2010). Ver: Storm, Hannah, ‘Safety of women journalists on the frontline highlighted in new book’ [Nuevo libro destaca la seguridad de las periodistas en las líneas del frente], The Guardian, 8 de marzo de 2012. Ver: Awad, Zeina, ‘On the front lines with female journalists’ [En las líneas del frente con las reporteras], Al Jazeera, 8 de marzo de 2012. Ver: Susman, Tina, ‘War Reporter: Prepare Us, Rather Than Caution Us’ [Reportero de guerra: Prepáranos en vez de advertirnos], Women’s eNews, 3 de junio de 2012.
Por Katherine Ronderos  Fuente: Awid